Las carreteras y pistas de nuestro país suelen ser testigos de diferentes accidentes de tráfico. Una de las principales razones por las que estos accidentes suceden es por el hecho de no respetar las señales y los límites de velocidad establecidos por la DGT.
Con el objetivo de mejorar la seguridad en las carreteras españolas, la Dirección General de Tráfico (DGT) sigue implementando diferentes medidas. Una de ellas es la instalación de los radares que controlan que los conductores respeten las señales de STOP.
Esta señal obliga a todos a detenerse ante la próxima línea de detención o, en su defecto, antes de llegar a la intersección. Estos radares ya han sido instalados en varias carreteras de nuestro país. En la Comunidad de Madrid hay uno que está ubicado en el kilómetro 13,95 de la carretera M-222.
Además, existe otro situado en el kilómetro 68,68 de la carretera CM-220, en la provincia de Cuenca. Estos radares tienen la función de comprobar si un coche se detiene ante la línea de detención o si se la sobrepasa y continúa circulando. Al igual que con los otros radares de velocidad, no parar ante estas señales conlleva una multa.
Esta sanción puede llegar hasta los 200 euros para todos los conductores que no respeten una señal de STOP, lo que se considera una infracción “grave”. Además, implica la pérdida de cuatro puntos del carnet de conducir si alguno de los radares capta a un conductor cometiendo la falta. En la actualidad, estos son los dos radares de STOP que están operativos en nuestro país.
Sobre el autor:
Stefano Traverso
Stefano Traverso es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la USMP de Perú; con un máster en Marketing Digital & E-commerce en EAE Business School de Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Perú, especializándose en deporte, cultura y turismo.