Así se debe arrancar el coche en invierno, según la DGT

Durante el invierno, la bajada de temperaturas puede afectar de manera negativa a nuestro vehículo, y por eso la Dirección General de Tráfico (DGT) ha publicado en su página web una serie de consejos para no dañar nuestro coche.

Tal y como explica el organismo, la batería tiene que hacer un esfuerzo extra a la hora de arrancar, y por eso es necesario apagar todos los sistemas a bordo y aquellos elementos que le puedan quitar energía, como la radio, la calefacción, etc.

También es necesario tener las luces apagadas mientras se arranca para no consumir tanta energía. Otro de los aspectos a tener en cuenta es si el vehículo tiene volante o asientos calefactables, deberán de estar apagados: "Aunque en la mayoría de los vehículos no se pueden encender hasta que el contacto está puesto. En ese caso, hay que esperar a que el coche tenga el motor en marcha".

Si la temperatura exterior es muy fría, otro truco de la DGT es utilizar un secador de pelo, que no se debe acercar a menos de 10 centímetros de la batería, o utilizar una bolsa o paños calientes (se pueden calentar en el microondas) y colocarlos encima de la batería un ratito antes de arrancar (con 15 minutos debería ser suficiente). Evidentemente, hay que tener cuidado con esto porque no se debe mojar la batería.

Otros consejos importantes

Además de lo mencionado anteriormente, la DGT ha lanzado cinco consejos relevantes a tener en cuenta durante el invierno:

1. Pisar el embrague a fondo antes de arrancar si el coche es de cambio manual. De esta manera se desacopla la transmisión y el motor de arranque debe hacer menos esfuerzo.

2. No mantener el giro de la llave mucho tiempo. Si no se arranca a la primera, que no se debe forzar más de 5 segundos. En estas situaciones hay que esperar unos 20 segundos para intentarlo de nuevo y dejar a la batería que recupere su energía.

3. Encender los calentadores de los diésel dos o tres veces antes de arrancar. Se tiene que poner el contacto hasta que se apague la señal de los calentadores, y luego volver a apagarlo y encender de nuevo el contacto varias veces hasta que las piezas hagan su función correctamente.

4. Aparcar el coche en un sitio resguardado. Lo ideal es aparcar en un garaje, pero si no se puede, lo ideal es estacionar en un lugar resguardado del viento para que el coche no esté tan frío. La DGT apunta que si se aparca debajo de una farola, el coche también estará menos frío por la fuente lumínica.  Otra de sus recomendaciones es poner una manta encima del capó.

5. Dar golpes en el capó. Esta última recomendación sirve para que en caso de que algún animal, normalmente gatos, se haya escondido el motor.

Y cuando ya lo hemos arrancado...

Una vez hemos arrancado el coche, la DGT recomienda que para mantener el buen estado del coche y de todos sus elementos, hay que esperar dos o tres minutos antes de empezar la marcha. 

En este sentido, mientras se calienta y los cristales tienen escarcha, necesitaremos solo un poco de alcohol para quitarlo, y en caso de no tener una rasqueta, con una tarjeta de crédito se podrá hacer sin problema.

Si, por el contrario, están empañados por dentro, lo que mejor funciona es el aire seco, no el caliente o el frío. Para conseguir aire seco hay que encender el aire acondicionado y cambiar la dirección de las rejillas de ventilación de aire hacia los cristales. La DGT asegura que esto es importante hacerlo cuando el coche se haya arrancado, ya que el compresor del climatizador es uno de los elementos que más consume.

Por otro lado, cuando haya heladas, no se debe lavar el coche fuera porque hay muchas posibilidades de que el agua se transforme en hielo, y tape algunos elementos del coche, como las cerraduras de las puertas. 

Y por último, cuando ya estemos en marcha, hay que pisar el acelerador con suavidad, sin superar  las 2.000-2.500 rpm hasta que el agua del motor llegue a los 80-90 grados de temperaturas. Con esta simple acción podremos alargar la vida del motor y del turbo del coche, en caso de llevarlo.