La solución de la DGT para evitar la picardía de algunos conductores con los radares

En muchos lugares de las carreteras españolas podemos ver radares de tramo, que son pequeños dispositivos que miden la velocidad de los coches que circulan por las pistas. Estos se encuentran instalados en autopistas, carreteras convencionales y autovías. El objetivo de tenerlas es que se mantenga el límite de velocidad establecido y de esa manera, reducir los riesgos de sufrir accidentes.

En nuestro país, los radares de tramo están operativos desde el 2010 y ya hay un total de 92 instalados. Una gran cantidad de conductores tiene la picardía de frenar o reducir la velocidad justo antes de ver en radar, y hacerlo nuevamente justo antes de salir.

La Dirección General de Tráfico ha encontrado una forma para responder a esta acción de los conductores que no respetan los límites de velocidad en ciertos tramos de las pistas. La DGT ha decidido implantar nuevos dispositivos de radar en las carreteras para obligar a los conductores que respeten en todo momento la velocidad indicada.

Si bien son llamados “radares” de tramo, estos dispositivos no son exactamente radares. La DGT explica que son cámaras que graban en todo momento e identifican la matrícula de los coches a la entrada y salida de un determinado tramo. Un ordenador calcula los tiempos que ha tardado un vehículo en cruzar el tramo y analiza si la velocidad se ajusta al límite establecido. En caso el tiempo sea superior a la media, se multará al infractor.

La Solución de la DGT

Para evitar que los conductores bajen la velocidad justo antes de entrar al tramo de radares y justo antes de salir, la Dirección General de Tráfico ha tomado la decisión de colocar radares móviles en medio del recorrido que abarcan dichos radares.

Así se podrá asegurar de que todos los conductores cumplan las normas y la velocidad establecida en cada tramo de las carreteras. La DGT apunta que se instalarán más de 90 dispositivos de radar de tramo antes de finalizar el presente año.