
Los titulares más edadistas sobre la nueva guía de la DGT para los mayores y sus familiares
Los mayores, indignados con Tráfico: "No somos bebés que empezamos a caminar"

Los mayores, indignados con la guía edadista de la DGT: "No somos bebés que empezamos a caminar"
La DGT lanza una guía para conductores mayores "edadista" y "paternalista"
Así son los cuestionarios para mayores y familiares de la guía edadista de la DGT
La nueva Guía de Consejo Sanitario Vial para el conductor mayor y su entorno próximo ha provocado la indignación de las asociaciones de personas mayores más representativas del país, como son la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (@CEOMA_ong) y la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados (@MayoresUDP).
Y es que consideran que el texto infantiliza al colectivo, al hacer recaer en las familias una parte de la responsabilidad a la hora de valorar si deberían seguir conduciendo o ir progresivamente abandonando esta práctica.
Pero no sólo se ha visto cierta infantilización en el propio documento de Tráfico, sino también en la manera en la que se han dado a conocer la noticia en algunos casos.
La DGT lanza una guía revolucionaria para mayores al volante: así protege Tráfico a estos conductores, La DGT lanza una nueva guía para proteger a los mayores que se ponen todavía al volante en la carretera o ¿Debo prohibirle conducir porque es demasiado mayor? La DGT aconseja a las familias "razonar y no imponer" podrían ser varios ejemplos de titulares en los que se aborda esta temática con un enfoque que podría ser considerado como paternalista.
La nueva guía de la DGT
👴👵📢 La #DGT publica la 'Guía de Consejo Sanitario Vial para el conductor mayor y su entorno próximo'. Es un manual práctico que incide en las aptitudes psicofísicas de los mayores. Se dirige tanto al conductor como a su entorno cercano. Descárgatela 👉https://t.co/5khdmPyhY0 pic.twitter.com/AqLI1RJKAa
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) April 3, 2025
Cabe recordar que la nueva guía, enmarcada dentro de la Estrategia de Seguridad Vial para Mayores y elaborada por parte del Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, con la colaboración de la Asociación C.V. de Centros de Reconocimiento Médico, no sólo se dirige a los propios mayores, sino también a su entorno familiar y social más cercano.
"Las personas mayores muchas veces no son conscientes que sus déficits funcionales o aptitudinales pueden afectar a su conducción segura. En muchas ocasiones les cuesta reconocer su pérdida de capacidades generales y concretamente aquellas que se relacionan con la conducción", apuntan en el documento.
Igualmente, en el texto se asegura que, "según los expertos, se consideran 4 tipos de personas mayores cuando conducen:
- Conductor que es consciente de su déficit funcional y evita las situaciones que generan riesgo.
- Conductor que no es consciente de su déficit funcional, pero evita las situaciones de riesgo (suele decir, no me gusta conducir cuando...)
- Conductor que no es consciente de su déficit funcional y no evita las situaciones de riesgo.
- Conductor que es consciente de su déficit y a pesar de ello, no evita las situaciones de riesgo vial".
"Te vamos a dar unas herramientas y pautas para que puedas tener información, confianza y seguridad para abordar el tema de una manera razonada, sin la carga emocional que supone tratarlo como una prohibición de conducir de manera drástica, que solo se debe hacer cuando detectemos un número importante de señales de riesgo que justifiquen un abandono de la conducción de manera planificada", señalan asimismo en la guía.
Y pese a que en el texto de la DGT se asegura que "la edad no es lo que condiciona la conducción" sino las capacidades físicas y mentales de la persona, también se afirma que los estudios "como norma general, recomiendan iniciar la vigilancia de la salud de manera especial y su repercusión en la conducción a partir de los 70-75 años".
En ese sentido, proponen una "intervención preventiva", con, entre otras acciones, la realización de dos cuestionarios –uno para el conductor mayor y otro para el familiar– divididos en tres áreas –a nivel cognitivo y emocional, a nivel físico y a nivel particular de conducción–, para determinar si estamos ante potenciales riesgos.
Entre otras preguntas, los test de la guía plantean: si la persona conductora tiene dificultades para hacer varias cosas a la vez, si olvida de qué está hablando, si tiene momentos de mucha ira o tristeza sin motivo, si se desorienta, si le cuesta ver correctamente a varios metros de distancia, si no oye bien, si le cuesta cambiar de marcha o pisar el embrague, si sufre pequeños 'accidentes' cotidianos, como caídas o descuidos, si los otros conductores le tocan el claxon con frecuencia o si siente que el uso de medicamentos interfiere con su capacidad para conducir bien.
En función de las puntuaciones obtenidas, los conductores mayores y sus familiares podrán comprobar si se encuentran ante situaciones normales, donde deben mantener la vigilancia de la conducción (menos de 70 puntos, color verde); si la situación es de riesgo medio, donde deben plantearse una intervención para adaptar su conducción (de 70 a 110 puntos, color amarillo), o si el riesgo es elevado, donde será necesaria una intervención urgente (entre 110 y 150 puntos, color rojo).
Además de los cuestionarios, la DGT anima a los familiares a recabar información sobre la conducción de sus mayores, a través del entorno, amigos, farmacéutico, médico de familia, centro de reconocimiento de conductores o jefaturas provinciales de tráfico.
En todo caso, recomienda a los familiares que, cuando detecten la necesidad de adaptar la conducción de sus mayores lo hagan de forma "respetuosa, considerada y sobre todo programada", intentando que la persona mayor "no se sienta atacada ni amenazada (y menos castigada)" con la posibilidad de tener que prescindir del permiso de conducir.

Para ello, aconseja que realicen una observación y evaluación de la situación y eviten guiarse "por impulsos, prejuicios, falsas impresiones o hechos puntuales". "Ten elaborado un plan y posibles alternativas (consensuadas con un experto), para poder ofrecerlas en caso de que fuera necesario: no conducir por autopistas, no conducir de noche, limitar los trayectos largos, utilizar de manera esporádica algún tipo de transporte público", propone.
Asimismo, sugiere iniciar una conversación o debate familiar y escuchar las preocupaciones y sentimientos de la persona mayor. "Déjale expresarse con total libertad y que se sienta escuchado y comprendido, incluso sin estar de acuerdo inicialmente", plantea la guía.
En caso necesario, propone realizar junto al propio conductor mayor un plan de adaptación y en caso de riesgo alto, un plan de abandono escalonado, "de forma gradual, pero corto y práctico". En estos casos, también plantea la posibilidad de ofrecer a la persona otras alternativas, como el transporte público; y si se muestra "reticente", invita a pedir una segunda opinión a su médico de confianza o a otro profesional. Igualmente, subraya la importancia de apoyar emocionalmente a la persona mayor durante el proceso.
Además, recomienda a los familiares buscar el momento oportuno para hablar de este tema y "evitar siempre la acción más habitual en estas situaciones: quitarle al mayor las llaves del coche y prohibirle conducir" para que la situación no derive "en una discusión violenta y hostil, que puede terminar en un gran enfado y conflicto en el seno de la familia". Por ello, insiste en la necesidad de incluir al conductor mayor en la decisión.
Por otro lado, cabe señalar que la DGT recuerda que antes de la pérdida definitiva del permiso de conducir, las normas de tráfico contemplan una serie de condiciones que restringen la conducción a determinados espacios y situaciones. Las restricciones que más se imponen a los mayores por su seguridad suelen ser: limitar el radio de conducción a 20 ó 50 kilómetros a la redonda de su lugar de residencia; que solo se pueda conducir por el día, sin llevar pasajeros en el vehículo o con una determinada limitación de velocidad.
Los mayores critican el documento de la DGT por "edadista"
En opinión del presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, José Luis Santillana, esta guía, aunque pueda estar hecha "con buena intención", "peca" de "edadismo" y "paternalismo".
En primer lugar, porque, a su parecer, "no es necesaria" una estratégica específica para un colectivo tan grande y heterogéneo como es el de las personas mayores. "¿Por qué no una para jóvenes, mujeres, hombres o para los que tienen 58 años? ¿O por qué no otra para los que conducen por la noche o los que van por carreteras regionales?", se pregunta.
Y, por otro lado, argumenta, porque la impresión que genera es que se deja una parte de la responsabilidad en manos de las familias, cuando debería recaer en la DGT y en los exámenes técnicos que se realizan periódicamente, y, en segunda instancia, en facultativos expertos como puedan ser, por ejemplo, los médicos de familia. Además, apostilla, se debe tener en cuenta que hay familiares que no están "en el día a día" de los mayores. “Los que tienen que estar pendientes de esto son los servicios de salud”, afirma.
La presidenta de UDP, Inmaculada Ruiz, comparte con Santillana en que la guía es "edadista" y "nefasta". "¿Qué podemos esperar los mayores de gobiernos que nos tratan con infantilismo y burla?", se cuestiona.
Y es que, según comenta, el documento le resulta "deprimente", "absurdo", "irrespetuoso" y "prohibitivo".
En ese sentido, opina que del texto se desprende un "edadismo", que se ve en que, por ejemplo, sean las familias las que juzguen la conducción y se conviertan en "tutores" o en que se hable de tratarles con respeto, "cuando nos están limitando la libertad".
"No somos bebés que empezamos a caminar y nos tienen que llevar de la mano. No queremos someternos a nuestros familiares y sanitarios por el solo hecho de ser mayores", denuncia.
Y recuerda que "los sanitarios y la DGT son los que tienen que tener la responsabilidad de comprobar la salud emocional y física de los conductores mayores".