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El calor sofocante que trae consigo el verano obliga a buscar espacios donde refrescarse. En España tenemos la suerte de que tanto las costas de la península, como las insulares, están llenas de insólitas piscinas naturales. Algunas han sido intervenidas de alguna forma para protegerlas de los envites del mar, otras permanecen en su estado original. Aquí te presentamos algunas de ellas:
Piscina marina (Tapia de Casariego - Asturias)
Aunque ha sido excesivamente intervenida, en el precioso pueblo de Tapia de Casariego, en el occidente asturiano, encontramos una de las mejores piscinas naturales para darnos un chapuzón. Además, sólo hay que adentrarse unos kilómetros hacia el interior de este territorio para encontrarnos con otros muchos rincones naturales donde refrescarse.
Charco de la Laja (San Juan de la Rambla - Tenerife)
La localidad tinerfeña de San Juan de la Rambla cuenta con uno de los enclaves más atractivos de Canarias. Con sólo atravesar un sendero paralelo a la costa, los visitantes quedarán impresionados gracias a un mirador que permite disfrutar de las mejores vistas de la isla. Al bajar las escaleras, puedes disfrutar del baño en un charco natural formado por las erupciones volcánicas en el océano Atlántico.
Piscinas de La Fajana (La Palma)
En las Isla Bonita hay dos grupos de piscinas naturales extraordinarias, ambas situadas en la zona de Barlovento, en el extremo noreste. Nos quedamos con las de más al norte, pero las del Charco Azul, a poca distancia, son igualmente recomendables. Tanto una como otra cuentan con todo tipo de servicios y protección contra las fuertes mareas del Atlántico.
Atlantis (Ibiza)
Atlantis no es ni una playa ni una cala como la que estamos acostumbrados a ver en las costas mediterráneas, se trata de un lugar mágico y único en Ibiza. Buena parte de la magia de Atlantis se debe a sus extrañas formaciones rocosas provocadas por la mano del hombre, que extrajeron buena parte del marés que forman las murallas de Dalt Vila del siglo XVI. De hecho, el nombre auténtico del lugar es Sa Pedrera de Cala d’Hort, en referencia al antiguo uso como cantera del lugar que hoy en día se ha convertido en todo un atractivo para muchos aventureros. Todos los cortes en la roca, la mayoría en forma diagonal, han creado unas extrañas estructuras en las que caminar es tan divertido como mágico, ya que estar en Atlantis es algo parecido a estar en un paisaje onírico en Ibiza.
Playa de Gulpiyuri (Asturias)
Entre la costa de Ribadesella y Llanes se encuentra semiescondida la playa de Gulpiyuri. Aunque su longitud no es superior a los 50 metros, son muchos los lugareños y extranjeros que se animan a darse un baño en las aguas saladas que entran a través de un túnel entre las rocas. Para llegar hasta allí es necesario tomar la Autovía del Cantábrico hasta la localidad de Naves y, una vez allí, coger la salida 313 (Naves/Villahormes/Hontoria).
La Maceta (El Hierro)
Si lo que se busca en la isla de El Hierro es bañarse con la familia de forma relajada en un paraje natural con cómodas zonas para gozar del sol, no hay que darle muchas vueltas. La piscina de La Maceta, en el valle de El Golfo, lo reúne todo para que la combinación de sol, lava y mar le den sentido a la palabra ‘placer’. Ubicada en el norte de la isla, sus charcos de diferentes dimensiones están protegidos del oleaje y se han convertido en referente insular de esta oferta.
La poza de los patos (Málaga)
La ciudad malagueña de Nerja no sólo puede presumir de playa. También alberga la poza de los patos o el vado de patos, una garganta natural esculpida por el río Chillar en las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. El punto de acceso a la senda es la antigua cantera y, tras pasar una pequeña central hidroeléctrica, el visitante debe seguir un camino que transcurre durante una hora hasta la confluencia del río Higuerón.
Piscinas naturales de Mutriku (Gupúzcoa)
Son las únicas de la costa guipuzcoana y sin duda las más impresionantes de la Costa Vasca. A diferencia de otras, estas piscinas de tamaño olímpico que siempre están llenas de agua al existir un muro horadado que por un lado permite que el agua se renueve pero por otro, impide que se baje el nivel. Vizcaya por su lado, cuenta con algunas piscinas naturales reseñables como la del puerto de Elantxobe.
Piscinas de Bolonia (Cádiz)
Situadas en la parte este de la playa de Bolonia, encontramos las piscinas naturales, donde los mas aventurados cuentan que se bañaba Baelo Claudia, y como su propio nombre indica, se trata de un conjunto de piscinas naturales formadas por el agua del mar que queda en las rocas al bajar la marea. En esta zona se encuentran los famosos chorritos de agua natural que junto con la roca de pizarra forma un barro terapéutico con el que la gente suele embadurnarse el cuerpo.
Piscina Es Cau (Begur, Gerona)
La piscina Es Cau es una de las más famosas de la Costa Brava. Una de las piscinas naturales de Begur que tienen mucho protagonismo. Su agua es salada ya que viene del mar que se encuentra justo al lado. A pesar de ser una piscina artificial, su encanto es digno de ver. No querrá perderse las vistas que esta piscina nos regala.