Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEn cada región de la península hay lugares increíbles por ver, pueblos medievales, maravillas naturales, curiosas playas… las posibilidades son infinitas. Hemos seleccionado 10 viajes para esa escapadita que tanto deseas:
El encanto del pueblo medieval Monsaraz es que mantiene la magia de tiempos antiguos como pocos en el mundo. Los adoquines, la muralla, el palacio de armas son algunos de los ejemplos del aire medieval que se respira por sus callejuelas peatonales, todo un remanso de paz. Hecho de cal y esquisto, este lugar se encuentra suspendido en el tiempo, el pueblo es uno de los más antiguos de Portugal y un destino obligatorio, especialmente después que, en 2017, ganó la categoría «Aldeas Monumentales» en el concurso 7 Maravilhas de Portugal.
Los principales atractivos del epicentro del Alt Empordà son el paisaje, la cultura y la historia. Situada a quince kilómetros del mar Mediterráneo, a los pies de los Pirineos y rodeada por tres parques naturales, Figueres te sorprende. El Teatro-Museo Dalí es el núcleo central de una visita de la que parten otros puntos de interés como el Castillo de San Fernando o la animada Rambla, el paseo principal de la ciudad. Además, desde allí se puede acceder fácilmente al resto de la comarca y sus múltiples encantos.
El Palmar se encuentra a 5 km al norte de Vejer y es la capital del surf de Andalucía. Es un destino cada vez más popular por su ambiente relajado y su paisaje virgen. Las dunas y el follaje se conservan cuidadosamente entre elegantes pasarelas de madera maciza que conducen a la playa. Ésta es un tramo largo de arena blanca de 5 km, azotados por el viento y bordeados por una sucesión de bares y restaurantes. Como es lógico, la localidad tiene una animada vida nocturna en verano.
Esta comarca del norte de Cáceres ofrece bonitos paisajes de castaños, robles y dehesas, además de pueblos muy pintorescos con casas típicas de madera, barro y piedra. Los campos de pimientos configuran el paisaje característico de esta zona, así como los balcones con ristras de pimientos colgados al sol, que después podrás degustar en su rica gastronomía. Un destino ideal para pasear, realizar rutas de senderismo o bañarse en sus gargantas y piscinas naturales, que forman los ríos, además de disfrutar de la preciosa artesanía del lugar.
Braga es el hogar de la catedral más antigua de Portugal, y un día de turismo puede dar una idea de la extensa historia de la ciudad. Dentro del laberinto de calles estrechas, las iglesias góticas se sitúan entre modernos paseos comerciales y los grandes edificios barrocos rodean plazas tranquilas. Además de ser una ciudad fascinante, Braga es también el escenario de uno de los mejores monumentos del norte de Portugal, Bom Jesus do Monte. Esta hermosa iglesia y su famosa escalera barroca, que representa el ascenso al cielo, están a solo 5 km del centro.
Níjar cuenta con un entorno desértico que conquista al visitante, con impresionantes playas como las de Mónsul o el Barronal. Lo primero que llama la atención es su inmenso paraje, lleno de salvajes y desafiantes acantilados y es que en la comarca de Níjar se encuentra parte del impresionante Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, uno de los parajes de mayor riqueza geológica de España, reconocido como Geoparque por la Unesco en 1999. Ademñas, sus estrechas y laberínticas calles con casas blancas, adornadas por coloridas macetas permiten un paseo tranquilo.
Sus fincas construidas en piedra y su posición privilegiada en la sierra de Tramuntana hacen de esta pequeña localidad mallorquina un lugar que seduce a cualquiera, siendo durante mucho tiempo un imán para artistas famosos, escritores, como Robert Graves que vivió en él, y otras personalidades de la cultura. Aunque el pueblo conserva un aire bohemio, sus pintorescas calles empedradas albergan restaurantes de primer nivel, así como cafés y bares ideales para el relax. Deià es parte de un paisaje reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la forma en que la naturaleza y las tradiciones interaccionan entre sí.
Mundialmente conocida por la obra Viaje a la Alcarria, del Nobel Camilo José Cela, esta zona de ríos y valles conocida bañada de plantas aromáticas ofrece al visitante un impactante paisaje determinado por sus extensas campiñas y fuertes pendientes. A los encantos de la naturaleza se suma un asombroso conjunto de arquitectura popular y el atractivo de ciudades monumentales cargadas de historia. Y es que más allá de sus parajes naturales, la Alcarria cuenta un rico patrimonio monumental de iglesias y palacios de diferentes estilos.
Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1961, Albarracín te transporta a la Edad Media con su paisaje de fantasía y las huellas de todas las civilizaciones que han pasado por el enclave. Dar un paseo por las calles de su casco antiguo es una delicia que guarda bonitos secretos. Situadas a 1182 metros de altitud, sus altas murallas dominan la ladera, las ruinas del alcázar (un castillo de origen árabe) se alzan sobre el acantilado, y la catedral del Salvador, del siglo XVI, incluye un campanario que se construyó sobre los restos de un templo de arquitectura románica. Pero estas son solamente algunas de las joyas de esta localidad turolense, una de las más bonitas de España. La madera, el yeso rojo y la teja árabe son los elementos tradicionales que dan al pueblo sus tonalidades ocres, rojas y anaranjadas que lo funden con el paisaje de su Serranía.
En la Rioja Alta, junto al río Oja, los peregrinos que desde el siglo XI pasan por estos lugares, tienen como guía la inconfundible torre de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada. La localidad está situada en una extensa llanura a los pies de la Sierra de la Demanda, casi en tierras de Burgos y ofrece más joyas a parte de su Catedral, como la Plaza de España, el edificio del Corregimiento de Rioja (el Ayuntamiento), la Cárcel Real y el edificio de la Alhóndiga; o los restos de las antiguas muralla medievales del siglo XIII-XIV. Además, Santo Domingo de la Calzada es el destino perfecto para disfrutar de la cocina riojana y sus bodegas, como la Ciudad del Vino de Marqués de Riscal, obra del arquitecto Frank Gehry, que se encuentra a media hora en coche.