Caminando entre las impresionantes paredes del Barranco de Masca
Esta bella ruta llega hasta los acantilados de Los Gigantes de Tenerife
La orografía de Tenerife invita a realizar a pie rutas de increíble belleza. Una de las más recomendables recorre el barranco que lleva desde la aldea de Masca hasta el mar por un sendero sinuoso, cuya mayor dificultad estriba en lo irregular del terreno.
Ruta de ida, pero no de vuelta
El descenso del barranco lleva unas tres horas cuesta abajo, de modo que recorrerlo de vuelta y ascendiendo solo está al alcance de personas con una gran forma física.
No obstante, tras pasar un periodo cerrado con el fin de mejorar la seguridad para los visitantes, el Ayuntamiento de Buenavista del Norte (al que pertenece Masca) ha conseguido que la visita al barranco sea mediante un pack (de pago) en el que se incluya el transporte en autobús, el traslado en barco y los guías.
Es decir, si antes había que subir desde el Puerto de los Gigantes en taxi o en transporte público después de haber comprado un billete de barco para volver desde la playa situada al final del barranco, ahora todo se englobará en una actividad turística. De ese modo pretenden evitar aglomeraciones de vehículos particulares y mejorar la seguridad de los visitantes.
¿Qué llevar en el barranco?
Opta por ropa cómoda con la que te sea sencillo caminar. Si amanece un día soleado, la temperatura será muy suave e incluso tendrás calor, de modo que no será necesario cargar con abrigo. El calzado debe ser el idóneo para caminar por terrenos desiguales. Unas zapatillas de montaña o unas botas ligeras son la mejor opción, pues te mantendrán el pie fresco al tiempo que te otorgarán seguridad en cada paso que des.
No olvides llevar agua. Son tres horas de camino a un ritmo normal y tendrás sed, aunque te encuentres numerosos riachuelos. Asimismo, no está de mal llevar algo de fruta o incluso un bocadillo si quieres comer por el camino.
¿Qué verás?
Te internarás en un barranco con impresionantes paredes que te harán sentir casi minúsculo; cruzarás pequeñas corrientes de agua y caminarás entre la vegetación típica de Tenerife. Todo ello mientras observas paisajes espectaculares. Además, el final de la travesía, podrás darte un baño, con lo que no estaría de más echar un bañador o llevarlo puesto.
