Carlos Losada
Al aire libre
Un espectáculo de la naturaleza: la llegada de las grullas a la laguna de Gallocanta
Cada año en noviembre llegan a la laguna aragonesa bandadas de estas aves en su camino hacia África
Al sur de la provincia de Zaragoza, en la Laguna de Gallocanta, es posible ver uno de esos espectáculos que la naturaleza nos regala y que para muchas personas pasa inadvertido. Hablamos de la llegada de miles de grullas en su camino hacia África desde el norte para pasar el invierno en zonas más templadas.
Estas aves suelen hacer un alto en el camino en esta laguna aragonesa de indudable belleza para beber, alimentarse y descansar durante el mes de noviembre. Y el espectáculo que supone su llegada es tal que se organizan excursiones para presenciarlo.
Las grullas de Gallocanta
Antes de entrar en qué consisten esas visitas, hay que señalar que esta laguna está considerada Humedal de Importancia Internacional (Convenio Ramsar) y Reserva Natural, al tiempo que es el mayor humedal salino de la Península Ibérica y el mejor conservado de la Europa Occidental.
Otro dato impresionante es el que aportan desde Red Natural de Aragón, que informa sobre el récord de ejemplares de grullas en una sola jornada, contabilizado en unos 114.800 ejemplares. Eso sí, aunque el espectáculo natural sea su llegada, en la laguna y sus alrededores hay otras 220 especies de aves, lo que hace que siempre sea un destino interesante para los amantes de estos animales.
Ver a las grullas
Estas aves de largas patas y cuello pueden llegar a medir 1,20 metros, con una envergadura de 2 metros cuando abren sus alas. Eso sí, para observarlas hay que ser muy sigilosos pues no aceptan la cercanía del ser humano, echando a volar al más mínimo ruido.
Así pues, si quieres observar la llegada de los bandos de grullas a la laguna, lo mejor es que formes parte de una de las visitas guiadas que se organizan desde el centro de interpretación de la propia laguna. Esta actividad es gratuita y se realiza desde los observatorios pertinentes y recorriendo los senderos por los que no se moleste a las aves, que no notarán la presencia de personas. De hecho, cabe destacar que se trata de un tipo de turismo totalmente sostenible que respeta tanto el descanso de las aves como la zona por la que se transita.