Victoria Herrero
Al aire libre
Conociendo el Parque Natural de Ponga en Asturias
Es un remanso de paz natural muy cerca del Parque Nacional de los Picos de Europa
Paraíso natural o, lo que es lo mismo, Asturias. Esta bella región del norte de nuestro país es el destino ideal para todos aquellos que quieran disfrutar de la naturaleza en estado puro y recorrer el bonito Parque Natural de Ponga es una de las mejores formas de hacerlo.
Todo un ejemplo de escenario maravilloso con los paisajes más verdes, que no dista mucho del impresionante Parque Nacional de los Picos de Europa y que, debido a la complicada orografía de su terreno, goza de un aislamiento geográfico en el que los inviernos son largos y duros, en contraste con la temperatura templada y agradable de la primavera y el verano. La mejor época, sin duda, para adentrarnos en este remanso de paz.
Bosque de Peloño, el gran protagonista
Para conocer este espacio natural, debemos llegar hasta el concejo de Ponga para adentrarnos en este parque que se extiende durante más de 20.500 hectáreas en una sucesión de valles, montañas, ríos y frondosos bosques.
Precisamente, uno de los atractivos del Parque Natural de Ponga es el bosque de Peloño, que se extiende por una superficie de unos 15 kilómetros cuadrados y es considerado uno de los hayedos mejor conservados de todo el país. Es el principal protagonista de la zona, pero comparte terreno con bellos ejemplos de robles, abedules o alisos negros.
Un auténtico vergel que está acompañado por otras maravillas de la naturaleza como los picos Peña Ten, que superan los 2.000 metros de altitud, o las elevaciones de Tiatordos o Maciédome; el discurrir de los ríos Sella (por la zona oriental de este territorio), el Ponga (que da nombre al parque natural) o los desfiladeros del Ponga y de los Beyos. Este último enclave comparte nombre con uno de los quesos más artesanales que se elaboran en las localidades de la zona.
Otro de sus encantos es disfrutar de su rica y variada fauna. El Parque Natural de Ponga es un enclave estratégico para divisar algunas de las especies más emblemáticas de la Cordillera Cantábrica, como la nutria o las liebres de piornal, además de ser conocido como uno de los lugares de especial protección para aves como el urogallo cantábrico (en peligro de extinción), el pico mediano, el buitre leonado o el azor.