Victoria Herrero
Al aire libre
Escapadas en transporte público a tiro de piedra de Valencia
El tren o el autobús nos llevan hasta localidades cercanas que merece la pena descubrir
Para hacer turismo no siempre es necesario ir en coche. La red de transporte público (con autobuses, trenes o líneas de metro) nos puede facilitar el movernos de un destino a otro con total comodidad y sabiendo, además, que estamos haciendo un gesto de lo más sostenible.
Así pues, en este caso nos fijamos en una de las ciudades más turísticas de nuestro país, Valencia. Pero no nos quedaremos unos días recorriendo los numerosos atractivos de la bella capital del Turia, sino que cogeremos el tren de cercanías o el autobús para hacer estas escapadas a tiro de piedra desde la capital valenciana.
Buñol
Tren o autobús es lo único que tenemos que escoger para llegar, en algo más de una hora, a esta localidad valenciana que se ha hecho mundialmente famosa, y no precisamente por el cultivo de naranjas de la zona. El protagonista, el último miércoles de agosto, es el tomate.
Hemos venido a Buñol donde todos los años se celebra La Tomatina. O lo que es lo mismo miles de participantes que, llegados de todas las partes del mundo, celebran las fiestas patronales del municipio con una divertida batalla campal en la que la munición es dicha hortaliza.
Así, a media mañana de ese día de verano, grandes camiones son los encargados de distribuir más de 150 toneladas de tomates entre los asistentes que se congregan en el centro del pueblo. Un público tan numeroso que desde hace unos años se ha limitado el aforo a unas 22.000 personas por motivos de seguridad. Unas normas obligatorias que también recuerdan que las piezas deben ser aplastadas con anterioridad para que no hagan daño, además de exigir a los visitantes que se cubran con guantes y gafas protectoras.
Ya preparados, ellos son los afortunados que pueden participar en este curioso ritual cuyo origen no está del todo claro. La historia más conocida asegura que todo empezó en el año 1945 con una pelea entre jóvenes del pueblo por tomar parte de la comitiva de un desfile tradicional. Desde entonces, es tal el éxito de público que en el año 2002 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Pero si no tenemos la suerte de visitar Buñol a finales de agosto, siempre podemos deleitarnos con el resto de atractivos turísticos que nos esperan en la localidad. Es el caso del castillo que antiguamente marcaba la frontera entre Valencia y Castilla, así como su conocido centro histórico donde destaca la iglesia parroquial de San Pedro, el parque de San Luis o el Molino Galán. Este último sirve de ejemplo de su pasado industrial y alberga en la actualidad la biblioteca municipal y diversas salas de exposiciones.
Imagen de la famosa fiesta de La Tomatina en Buñol (Europa Press)Xátiva
Nos vamos ahora a una tierra donde la historia también está muy presente. Cogiendo el tren en el mismo centro de la ciudad de Valencia en apenas 45 minutos llegaremos a nuestro próximo destino: Xátiva. Un lugar privilegiado que merece la pena conocer por los numerosos secretos patrimoniales que guarda.
Así pues, tras dejar atrás el transporte público que nos ha traído hasta el municipio empieza nuestro recorrido por Xátiva. Y lo primero de todo es pararnos ante la conocida Colegiata de Santa María, conocida popularmente como La Seu y que se levantó sobre los cimientos de lo que antiguamente fue una mezquita.
Un edificio que, junto con el impresionante castillo, son los dos reclamos que animan a los visitantes a acercarse hasta la localidad valenciana. Una atalaya histórica desde la sierra del Castell que domina todo el valle que le rodea y que se levanta ante nuestros ojos en forma de fortaleza con raíces ibéricas y romanas. Sin embargo, también se puede apreciar la influencia del estilo islámico y gótico en algunos tramos de las murallas que todavía se conservan y que se pueden recorrer.
No nos vamos de regreso a Valencia sin antes dar un paseo por el bello casco histórico de Xátiva. Un entramado de callejuelas donde se esconden tesoros en forma de monumentos como la fuente de la Trinidad en la plaza del mismo nombre, el antiguo Hospital Real (fundado por el rey Jaime I) o el Museo del Almodí.
El castillo de la localidad (Bigstockphoto)Castellón de la Plana
Algo más de una hora en tren separa dos de las tres capitales de provincia de la Comunidad Valencia. Es lo que nos costará llegar en transporte público de Valencia a Castellón de la Plana para ver de cerca esta tranquila ciudad que se llena de turistas en los meses estivales. Visitantes que recalan en su conocida plaza mayor, ubicada en pleno centro del casco histórico y que cobija tanto el Ayuntamiento como la iglesia de Santa María la Mayor. Lo curioso de este templo religioso es que su campanario está separado; es la conocida torre, de nombre El Fadrí, que se ha erigido como uno de los símbolos de la ciudad.
Elemento representativo de una ciudad donde también merece la pena descubrir el parque Ribalta, la basílica del Lledó (donde se guarda la imagen de la patrona) o la divertida estatua del Gigante Tombatossals que representa a un personaje de la mitología castellonense.
Antes de coger el tren de vuelta, nuestra escapada a Castellón de la Plana no puede terminar sin visitar la ermita de la Magdalena y el Castell Vell. Ambos son escenarios de una conocida romería que tiene lugar cada tercer domingo de cuaresma.
El centro de Castellón de la Plana (Bigstockphoto)