Victoria Herrero
Al aire libre
Visita al bello entorno natural del cañón del río Vero, en la provincia de Huesca
Un espectacular recorrido, de algo más de 3 kilómetros, junto al medieval pueblo de Alquézar
Si somos unos apasionados de la naturaleza en estado puro, en este recorrido que hoy mostramos tenemos un buen destino para dejarnos impresionar. Se trata del espectacular cañón del río Vero en la provincia de Huesca (@Huescaturismo). Pese a que por las imágenes pueda parecer que solo es apto para adultos, lo cierto es que la ruta que se lleva a cabo por las pasarelas de Alquézar hacen de este un camino que no se puede perder ningún miembro de la familia, ya que apenas se extiende durante 3 kilómetros. También niños, aunque tampoco demasiado pequeños.
Eso sí, es recomendable no llevar animales de compañía ni que lo realicen aquellas personas que tienen vértigo, ya que ciertos tramos tienen una buena altura, unos 160 metros de desnivel en algunas zonas. Tampoco es aconsejable que se siga este recorrido circular en bicicleta (las pasarelas son estrechas), no hay sitio para ello y se podría molestar al resto de turistas que desean hacerla a pie.
El consejo que sí se da a todos los que quieran hacer este recorrido es que vayan provistos de cascos de protección especiales (se pueden alquilar), para estar bien seguros ante posibles desprendimientos de tierra o de pequeñas piedras sueltas por el camino.
La espectacularidad de la acción de la naturaleza
Este escenario natural se encuentra en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara. Precisamente, desde el punto de la localidad medieval de Alquézar, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, parte esta ruta circular, que eligen los más de 100.000 visitantes que recibe la zona cada año. Todos ellos atraídos por el bello interés que despierta el entorno. Una zona en plena provincia de Huesca que también cuenta con otros atractivos turísticos que merece la pena conocer como el ya mencionado pueblo monumental o el arte rupestre que se localiza en el Parque Cultural del Río Vero.
Con estos buenos argumentos es hora de ponerse ya en camino. Así pues, el recorrido comienza en la plaza mayor de la localidad, en dirección hacia la colegiata de Santa María. Tras admirarla, la dejamos a un lado para coger el desvío de la izquierda donde se observa a los pocos pasos las señales que indican el comienzo de las pasarelas. El itinerario se encuentra perfectamente señalizado por lo que no es posible que nos perdamos.
Siguiendo unos metros, es el momento de subir por un tramo de escaleras de madera que conducen hasta las proximidades del río Vero. Pero antes de llegar a este punto, es una buena idea alejarse un poco del camino para adentrarse en la cueva de Picamartillo. Merece la pena hacer una parada para una visita más detenida en la que poder contemplar esta impresionante oquedad formada por el agua.
Volvemos a la ruta. Tras pasar junto a la antigua central hidroeléctrica de Alquézar, en lo que hace siglos era un azud para sacar agua del río, seguimos un nuevo tramo de pasarelas colgadas sobre el río hasta llegar a un puente metálico. Este hace las veces de estupendo mirador de todo lo que nos rodea. Si observamos con detenimiento y silencio, incluso puede que descubramos alguna que otra especie animal. Es el caso del buitre leonado que tiene en estas escarpadas montañas su hábitat natural.
En el punto en el que nos encontramos, y si el calor aprieta, podemos acercarnos hasta el lecho del cauce y refrescarnos en una poza que sorprende por sus aguas de un bello color turquesa.
En pocas palabras, un espectacular y mágico camino que llega a su fin. Para ello, reanudamos la marcha por una pista algo empinada, que puede resultar pesada, sobre todo si hemos elegido un día de verano para hacer el recorrido: que nos devuelve a la localidad que sirvió de punto de partida. En este caso, el agradable tramo final lo haremos entre almendros, olivos y huertos que nos avisan de la proximidad de este bonito municipio.
Más bellos ejemplos de rutas por la zona
Y ya que estamos por la zona, sobre todo si vamos con niños, otra ruta interesante para hacer es la que recorre las balsas de Basacol. Un recorrido que no llega a las dos horas de duración y donde, si tenemos suerte, se pueden divisar a lo lejos algunas de las aves rapaces más espectaculares.
Lo que ahora es un sendero natural tiene un origen árabe ya que estas pozas hacían la función de aljibes para abastecer de agua no solo a los vecinos, sino también para regar sus zonas de cultivo. Para descubrirlas nada como acercarnos hasta ellas tras salir del pueblo y atravesar el conocido como Barranco de Payuela. Tras una pequeña subida que no reviste de mayor complejidad estaremos observando las dos balsas que dan nombre a este insólito recorrido en plena naturaleza.
La vuelta de regreso a Alquézar se puede hacer desde el tramo que nos lleva hasta el Collado de San Lucas. Allí contemplaremos un bonito ejemplo de la arquitectura civil de la zona como es el caso del puente de Villacantal.