Teresa Rey
Al aire libre
La ruta verde por Madrid Río nos acerca a puntos emblemáticos de la capital
A lo largo de unos siete kilómetros descubrirás puentes curiosos y edificios con mucha historia
Si te apetece disfrutar de Madrid Río, el Consorcio de Transportes de Madrid ha desarrollado una ruta que lo recorre. En total, si la hacemos de forma completa tiene siete kilómetros, pero se pueden escoger distintos puntos de partida y recorridos. Es decir, la podemos alargar o acortar todo lo que queramos y siempre en función de nuestro estado de forma.
Un trayecto cómodo
Las distancias de referencia parten de la estación de Príncipe Pío y desde aquí se extiende hasta distintas paradas de metro. Así, si llegamos por ejemplo hasta Marqués de Vadillo, son 3,3 kilómetros, pero si lo hacemos a Legazpi son 5,5 kilómetros, y por último si la realizamos completa, hasta el Hospital Doce de Octubre, caminaremos un total de 7,45 kilómetros.
Se trata de un paseo cómodo pues discurre siempre por calzadas o carriles-bici peatonales. Si la efectuamos de norte a sur es todo el rato en descenso, pero si el regreso es por el mismo lugar debemos tenerlo en cuenta pues la cuesta se nota y será necesario disponer de ganas y energía suficientes.
El trayecto resulta cómodo porque prácticamente discurre sin tráfico viario salvo algún cruce de semáforo que tendremos que hacer.
Intercambiador de Príncipe Pío
El recorrido comienza en el intercambiador de Príncipe Pío. Hay que dirigirse hacia el Puente del Rey junto a la puerta de la Casa de Campo. Es muy fácil de seguir porque solo tenemos que ir por el carril ciclo-peatonal que discurre en paralelo al cauce del río Manzanares, el cual siempre deberá estar a nuestra izquierda. Enseguida veremos el Puente de Segovia, el más antiguo de la ciudad, que data de 1584 y fue construido por Juan de Herrera.
Después atravesaremos la pasarela del Principado de Andorra, un puente metálico de diseño moderno, para en poco tiempo alcanzar el emblemático Puente de Toledo, levantado en el año 1732. A continuación atravesaremos distintas pasarelas y más puentes: Pasarela de Dominique Perrault, el puente de Praga y el de la Princesa. Seguimos por la calle del Vado a la que hay que cruzar a través de un semáforo que hace esquina con la calle Antonio López, junto a unas pistas deportivas.
Ya estaremos en nuestra última parte del trayecto en el que veremos una pasarela donde discurren conjuntamente peatones y bicis. El final será el Anillo Verde Ciclista hacia la estación del metro Hospital Doce de Octubre.
El primer punto de interés: la estación
El propio lugar de partida, la estación de Príncipe Pío, es ya todo un lugar emblemático de la ciudad de Madrid. Al principio se la conocía como Estación del Norte, porque la construyó la Compañía de los Ferrocarriles del Norte para ser la cabecera de una línea férrea que conectaba la capital con Francia. Además, con su apertura se buscó abastecer de carbón a la ciudad de carbón, harina, carne y pescado procedente de Asturias y Galicia.
El edificio fue obra de los arquitectos franceses Bairez, Grasset y Ouliat que lo levantaron en el año 1879, y es un ejemplo de la arquitectura modernista de finales del siglo XIX.
La estación de metro se abrió en 1925. Luego, la estación durante mucho estuvo cerrada hasta que se remodeló. Una parte de la antigua de la misma se transformó en centro comercial y la otra mantiene su uso ferroviario para el tren de cercanías.
Un cementerio, ermitas y comida asturiana
En el entorno existen otros puntos de interés que podemos visitar. El cementerio de la Florida es uno de ellos. Se encuentra en la zona suroeste del Parque del Oeste, muy cerca de la ermita de San Antonio de la Florida. Se levantó en memoria de los madrileños asesinados en la madrugada del 3 de mayo de 1808. Aquí están enterrados los restos de las 43 víctimas fusiladas por los soldados del general francés Joaquín Murat, a los pies de la montaña del Príncipe Pío.
La ermita de San Antonio de la Florida es uno de los templos característicos de la ciudad y otros de los lugares que podemos ver en este paseo. De estilo neoclásico fue mandado construir por Carlos IV en el año 1792, y el encargo recayó en Francisco de Fontana.
Destaca el conjunto pictórico que Goya pintó a finales del siglo XVIII. Utilizando como referencia el trance de San Antonio ante el puerto de Lisboa, el maestro pintó al fresco su cúpula y en la actualidad se considera una de las obras capitales de la pintura española. Además, aquí mismo se encuentra enterrado el artista desde el año 1919. Los retablos son obra de Jacinto Gómez Pastor.
Tampoco hay que dejar de pasarse por la ermita de la Virgen del Puerto, situada en el paseo del mismo nombre y en las inmediaciones del Palacio Real, la construyó Pedro de Ribera entre 1716 y 1718, por encargo de Antonio de Salcedo y Aguirre, primer marqués de Vadillo y corregidor de Madrid. Su sepulcro se encuentra en su interior.
Durante la Guerra Civil se destruyó completamente, de modo que lo que hoy podemos ver es una reconstrucción realizada en 1945. Durante mucho tiempo fue el destino de la romería madrileña en veneración de la imagen de la Virgen del Puerto que se encuentra dentro. Esta costumbre dio lugar a la verbena de la Melonera que se celebra en el distrito de Arganzuela a mediados de septiembre.
Cerca de Príncipe Pío está la conocida Casa Mingo, uno de los referentes gastronómicos madrileños. Abrió sus puertas en el año 1888. En principio fue un almacén que albergaba el material para la construcción de la estación de Príncipe Pío. Después pasó a ser una fábrica de sidra. El fundador, Domingo García, servía los productos que venían de Asturias desde la estación del Norte. Esta taberna asturiana es a día de hoy todo un lugar idóneo para degustar sus especialidades: pollo asado con ensalada, chorizo a la sidra y queso de cabrales.