Victoria Herrero
Al aire libre
Descubriendo la belleza del Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara en Cáceres
Algunas de las montañas más antiguas de Europa, con más de 600 millones de años, están aquí
Hoy viajamos a Extremadura, concretamente a la provincia de Cáceres, para adentrarnos y descubrir un espacio de reconocida belleza natural. Se trata del Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara (@VilluercasGPark) enclavado en un macizo de montaña con una extensión de más de 2.500 kilómetros cuadrados.
Un rincón geológico único
La denominación como geoparque obedece a que nos encontramos en un área natural que cuenta con un patrimonio geológico singular donde como protagonistas se encuentran las rocas, los minerales y los fósiles que reciben a los visitantes de un escenario único de la naturaleza. Es más, para la UNESCO (@UNESCO) es todo un modelo de desarrollo sostenible gracias a las actividades geoturísticas que parten de este punto. Iniciativas que no solo buscan la conservación de la zona, sino también evitar la despoblación rural de los pueblos de alrededor.
Nos dirigimos hacia las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana. La ubicación perfecta donde uno puede contemplar cómo el paso de la erosión ha ido actuando durante millones de años sobre estas tierras. Esto ha dado lugar a cadenas montañosas y fallas que a día de hoy pueden divisarse mientras recorremos este enclave natural que nos recuerda la historia de la Tierra.
Pero eso no es todo, ya que este geoparque tiene el honor de servir de hábitat para algunas de las elevaciones rocosas más antiguas de todo el continente europeo. Más de 600 millones de años que hacen que sea un lugar geológicamente único. Tan especial es que, en algunos tramos, contemplamos lo que se denomina el 'relieve apalachense' en clara alusión a la misma imagen que también se observa en los Montes Apaches de los Estados Unidos.
Con dicha carta de presentación no cabe duda de que la visita a este lugar de la naturaleza merece la pena. Un amable recorrido donde localizaremos los denominados geositios. O lo que es lo mismo, más de 40 rutas naturales para descubrir algunos de los secretos mejor guardados del Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara en Cáceres.
Imagen del interior de las Cuevas de Castañar (Geoparque Villuercas)Descubriendo el geoparque
La primera parada de las rutas elegidas nos lleva hasta la cima del risco de la Villuerca entre las localidades de Navezuelas y Cañamero. Para subir hasta el punto más alto podemos hacerlo recorriendo una pista asfaltada que se inicia en la ermita de El Humilladero o bien, por otro tramo desde la primera localidad mencionada. En ambos casos es importante saber que la subida no es sencilla y que también se puede hacer en coche. Sin embargo, el esfuerzo merecerá la pena solo por contemplar los impresionantes alrededores desde una altura de más de 1.600 metros. Incluso a lo lejos se puede divisar la Sierra de Gredos.
Dejamos atrás la atalaya natural para adentrarnos en las enigmáticas fallas de Puertollano donde se puede reconocer este accidente geográfico bajo la Sierra de Belén. Una singular mirada al pasado que tiene su origen en la era terciaria y que fue clave para el hundimiento de la zona que hoy alberga las Vegas Altas del Guadiana.
Seguimos nuestro camino por el Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara y ahora encaminamos nuestros pasos hacia las Cuevas de Castañar. Eso sí, si queremos visitarlas antes debemos inscribirnos en una lista ya que al ser una zona muy protegida, el paso de turistas está muy restringido. Además, solo podremos hacerlo entre los meses de mayo a septiembre.
Si tenemos la suerte de poner un pie dentro descubriremos un mundo mágico y sobrenatural formado por unas rocas que tienen más de 500 millones de años. Un hallazgo geológico (junto con las formaciones clásicas de la cavidad) que hace de este un espacio subterráneo kárstico único en el mundo. Un relieve producido por la erosión del agua en las piedras calizas.
Impresionados por este lugar increíble, nuestra última parada en el geoparque cacereño nos lleva hasta el desfiladero del Pedroso, un paso montañoso estrecho que se inicia en un antiguo molino y finaliza en la desembocadura del Tajo. Un recorrido a pie donde lo más admirado es ver cómo encaja el arroyo entre dichas paredes naturales.
Imagen del municipio de Guadalupe (Bigstockphoto)
Flanqueado por Guadalupe y su monasterio
Tras abandonar las inmediaciones del geoparque no podemos irnos de la zona sin visitar uno de los lugares que le sirven de flanco. Nos referimos al municipio de Guadalupe, famoso por su impresionante Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. El broche de oro al día que hemos pasado descubriendo la belleza del Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara.
Precisamente, este edificio religioso es el principal atractivo para acercarnos hasta la localidad. Una construcción única que mezcla varios estilos arquitectónicos en un mismo espacio: gótico, mudéjar, renacentista, neoclásico y hasta barroco. Una amalgama que se puso en pie tras unas obras que se fueron complementando a lo largo de unos cuatro siglos desde que empezara a construirse bajo la orden de Alfonso XI.
Un enclave espectacular que también es grandioso en su interior con tesoros como el claustro mudéjar, la capilla de San Jerónimo, la de San José o los lienzos de Zurbarán que pueblan unas paredes históricas.
Visto el principal atractivo del municipio, lo mejor para acabar de conocerlo es dar un paseo tranquilo por sus bellas calles históricas, hacer una parada (gastronómica) en algunos de los bares junto a la plaza de Santa María de Guadalupe o contemplar los arcos que hay por toda la ciudad: el de Sevilla, las Eras, el del Chorro y el de San Juan. Y para verla en todo su esplendor desde las alturas nada como subir al mirador del parque de la Constitución.