Un paseo de altura por Picos de Europa en el teleférico de Fuente Dé

Siempre es un placer disfrutar del turismo rural o de los mil caminos, ideales para el senderismo, que ofrecen los valles y montañas de la comarca de Liébana, en Cantabria (@cant_infinita). Si estás por esta zona del norte de España, una inesperada sorpresa te espera: la posibilidad de subir hasta la estación de montaña de El Cable, ascendiendo hasta alcanzar los 1.823 metros de altitud para quedarte sin palabras mientras contemplas la grandiosidad de las cumbres de los Picos de Europa que te rodean. ¿Cómo hacerlo sin ser un experto montañero? Subiéndote al teleférico de Fuente Dé.

Fue construido en la década de los 60 y ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los años para dotarlo de todos los adelantos técnicos y de las necesarias medidas de seguridad. Lo que no ha cambiado en todo este tiempo es el impacto que supone encontrarte en el corazón de los Picos de Europa y contemplarlos a vista de pájaro. Hacia un lado, la Cordillera Cantábrica y ante tus ojos, el gran circo, de origen glaciar, que da forma la macizo central de los imponentes Picos.

Datos prácticos para sacar partido a la visita

Cualquier intento de describir las vistas que te esperan tras el trayecto en teleférico, es inútil. Solo hay que decir que se trata de un paisaje de alta montaña, difícil de encontrar en otro lugar de la Península Ibérica.

El teleférico se encuentra en una zona perteneciente al municipio de Camaleño y la población más cercana es Espinama. Desde la bonita localidad de Potes, que bien merece una parada, tienes algo más de 20 kilómetros hasta la estación del teleférico. La Sociedad Regional Cántabra de Promoción Turística Cantur, es la responsable de la gestión del teleférico.

A tu llegada, verás la zona de recepción donde es posible adquirir los billetes para el viaje (también puedes comprarlos por internet). Aquí tienes un área de restauración y también se encuentra el Parador de Fuente De (@paradores).

En este punto se inicia la aventura del ascenso, que se realiza en algo menos de cuatro minutos y te lleva a uno de esos lugares en los que se puede hablar de “techo del mundo”. Puede que tengas un día despejado y vayas disfrutando de cada segundo de subida, o quizá, se presente el típico mar de nubes, propio de las zonas de alta montaña, que el teleférico atravesará para descubrir lo que era capaz de esconder. En estos casos, la primera impresión resulta aún más sorprendente por inesperada. Cuando llegues a lo más alto, a la estación de “El Cable,” también tienes una cafetería donde tomar algo mientras contemplas este espectáculo de la naturaleza que no olvidarás fácilmente