Manuela Martín
Ocio
Apodos de pueblos y ciudades curiosos: ¿Por qué se les llama gatos a los madrileños?
Muchos apodos tienen su origen en hechos históricos o en formas cariñosas de llamar a los vecinos
Gatos, chicharreros, especiales, ladrones … y así, miles y miles. Muchos de los pueblos y ciudades a lo largo y ancho de nuestra geografía son conocidos por sus apodos, más que por sus gentilicios, los cuales, en muchos casos también son curiosos y divertidos.
Los apodos de los habitantes de muchos municipios nada tienen que ver con el nombre del pueblo o la ciudad de turno. Muchos provienen de hechos históricos, anecdóticos o simplemente son puestos con cariño por habitantes de pueblos vecinos.
Si empezamos por la capital nos encontramos con los ‘gatos’. Así se les conoce a las personas nacidas en Madrid. Ese apodo se lo debe a uno de los hombres que participó en la conquista de Madrid en los tiempos del Rey Alonso VI. Durante el asalto a la villa de Madrid trepó por la muralla como un gato, de ahí que tanto a él como a sus descendientes se les comenzase a conocer como gato. La familia adquirió tal importancia que no se consideraba nobleza castiza de Madrid a la que no pertenecía a aquel linaje.
En la Comunidad de Madrid también están los ‘ladrones’, apodo con el que se conocen a los vecinos de Brea del Tajo. La filóloga María del Pilar Cruz Herrera señala que se les llama así porque existió un asaltante hace mucho tiempo llamado Salaván que se escondía en el límite de Brea del Tajo y de ahí se les quedó ese apodo.
Un poco más al norte, en León, sus habitantes son conocidos como ‘cazurros’. Se trata de una forma cariñosa y divertida que tienen los asturianos de llamar a los leoneses. Les definen como personas apegadas al dinero.
Precisamente a los ovetenses se les conoce como ‘carballones’. Este apodo se debe a un árbol de roble centenario cuyas raíces se hundían en el suelo al comienzo de la famosa calle Uría de la capital asturiana. Aunque se taló en 1879 a causa del mal estado, aún se puede ver una placa conmemorativa en el suelo que lo recuerda.
El apodo de los extremeños de Cáceres y Badajoz es curioso y cariñoso. Los de Cáceres llaman a los de Badajoz ‘belloteros’ y estos a ellos, ‘mangurrinos’. Estos apodos proceden de las partes de una bellota, principal alimento de los cerdos (animal característico de esta zona de España). Si comparamos Extremadura con una bellota vemos como el norte, Cáceres, es la parte superior de la bellota (mangurria) y el sur, Badajoz, sería la bellota.
En las islas también hay apodos y uno de los más famosos son los ‘chicharreros’: los habitantes de Tenerife. Se dice que este apodo se lo dieron en un principio los habitantes de La Laguna de manera despectiva, pero lo cierto es que este apodo deriva de los chicharros, un pez muy capturado en la zona de Santa Cruz de Tenerife y del abundante consumo de este pescado que hacían los habitantes de la capital tinerfeña.
En el sur nos encontramos con los ‘especiales’ para describir a los habitantes de Algeciras (Cádiz). Este apodo se remonta a la reconquista de la ciudad a cargo de Alfonso XI, cuando para expulsar a los musulmanes que allí residían necesitó un montante económico importante y tuvo que convencer a las Cortes reunidas en Burgos de la creación de un impuesto “especial”, que duraría el tiempo que durase el asedio, de ahí se les empezase a conocer a sus habitantes como especiales.