Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorCerca a Girona y de la frontera con Francia nos encontramos con Besalú, uno de los pueblos medievales mejor conservados de España. En 1966 fue declarado conjunto histórico artístico por su gran valor monumental. Nos adentramos en sus calles medievales cruzando su maravilloso puente.
Y por si puente vamos a comenzar el recorrido. El puente medieval de Besalú es, sin duda alguna, el monumento más emblemático de Besalú. Desde luego, te avisamos de que es la zona de la localidad que más fotos se va a llevar. Se cree que fue construido entre los siglos XI y XII para poder cruzar el río Fluvia, y en él se sitúan dos puertas de distinto tamaño y siete arcos, algunos de ellos construidos sobre rocas. Las torres son posteriores, aunque los elementos originales son pocos, puesto que ha sufrido distintas reparaciones para hacer frente a las crecidas del río o los destrozos de la Guerra Civil, por ejemplo. Eso sí, las restauraciones posteriores han sido bastante fieles al diseño original.
Una vez pasado el puente, nos adentramos en el medievo y lo primero que nos encontramos es el barrio de la Judería. Aquí, bajo lo que fue una sinagoga, podemos visitar los baños sagrados (o micvé), que eran empleados por los judíos para limpiar y purificar su cuerpo.
Desde aquí podemos bajar a la orilla del río y caminar por el paseo fluvial, entre el río y parte de los restos de la muralla de Besalú. Y el Anillo Verde, una serie de itinerarios por el lecho fluvial para reocrrer andando o en bicicleta.
Dos edificios religiosos románicos son de obligada visita en Besalú. Por un lado, la Iglesia de San Vicente, que alberga como reliquia una parte de la Santa Cruz. El otro es el Monasterio de San Pedro, del que solo se conserva la iglesia del antiguo monasterio, que vivió su época de esplendor los siglos XII y XIII.
El origen de la ciudad fue el castillo de Besalú, que aparece ya documentado en el siglo X, y fue construido encima de un cerro y del que solo quedan restos de la iglesia de Santa María. A pesar de que con los años ha sufrido modificaciones, sí nos permite conocer cómo se organizaban las ciudades en la Edad Media. Muestra de ello son los palacios y casonas medievales que todavía se conservan, al igual que iglesias y monasterios. Parte de esa arquitectura la podemos ver en su plaza mayor y en las calles del casco antiguo.