David Vargas
Ocio
'Los Bridgerton', la nueva serie de época de Netflix de la creadora de 'Anatomía de Grey'
Entretenimiento romántico a lo Jane Austen, pero con mucho más sexo
El pasado 25 de diciembre Netflix incluía en su catálogo —como si de un regalo de Navidad se tratase— una serie de época que nos ha sorprendido gratamente: Los Bridgerton. Todos los suscriptores de la plataforma pueden disfrutar desde entonces de los 8 episodios que conforman la primera temporada disponible. Sabemos que la ficción se basa en las novelas de Julia Quinn sobre una familia de la alta sociedad inglesa, los Bridgerton, durante el período Regencia, es decir, entre 1811 y 1820, cuando el rey Jorge III fue considerado no apto para gobernar y su hijo Jorge IV fue instalado por la Regencia como príncipe. Se considera un período de transición entre las épocas georgiana y victoriana. En realidad, poco importa para esta serie centrada en el entretenimiento puro y duro que reinventa a su antojo esos años, convirtiendo a la sociedad británica en birracial y donde la reina es negra.
Los Bridgerton empieza con la presentación en sociedad de Daphne, la hija mayor de esta poderosa familia, que debe encontrar cuanto antes marido en el competitivo mercado matrimonial inglés de la época. Todas las familias aristocráticas presentan a sus hijas en edad de merecer e intentan colocarlas entre los más ricos herederos. Todo pinta muy bien para Daphne hasta que sale a la luz una revistilla con los chismorreos más maliciosos de la alta sociedad escrita por un personaje misterioso bajo el seudónimo de Lady Whistledown. A partir de entonces, la estrella de Daphne decae y deja de tener pretendientes hasta que aparece el soltero de oro: el duque de Hastings, un chico rebelde que decide aliarse con Daphne y hacer ver ante los ojos de sus respectivas y estrictas familias que están cortejando para que los dejen en paz. Lo cierto es que, desde el primer minuto, la química entre la pareja protagonista —interpretada por Phoebe Dyvenor y Regé-Jean Page— es pura dinamita.
Un culebrón con clase
Y es que en el fondo la serie es eso: una telenovela hecha con mucho dinero y gusto que nos mantiene enganchados a la pantalla con ganas de más. No en vano la productora es ShondaLand, de Shonda Rhimes, la creadora de Anatomía de Grey. A Netflix le costó lo suyo convencerla para que firmara un contrato en exclusividad con la plataforma; al final lo consiguió en 2017 mediante un cheque de 100 millones de dólares, y el primer resultado de esta, esperemos, fructífera relación es esta serie de época que no defrauda a nadie, excepto, tal vez, a algún historiador exigente.
Detrás del guion adaptado y de la dirección está —no podía ser de otra forma— Chris Van Dusen, un veterano de Anatomía de Grey, por lo que los líos amorosos y las intrigas están asegurados. Los Bridgerton es una serie que recuerda a Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, pero más divertida, sin tomarse del todo en serio, y con ecos de esa fantástica ficción de mediados de los 2000 que se llamaba Gossip Girl, ni que sea por el personaje anónimo que escribe los cotilleos. Por cierto, que la actriz que le pone voz a Lady Whistledown en la versión original en inglés es, ni más ni menos, que Julie Andrews (Sonrisas y lágrimas). Han pasado apenas tres semanas desde que se estrenó y la serie ya es todo un éxito. Netflix vuelve a dar la campanada.