Toni Esteve
Ocio
Cicloturismo, una forma diferente y más sana de viajar este verano
Una alternativa que permite interactuar con el entorno natural, el paisaje y el patrimonio cultural
Cuando hablamos de movilidad sostenible, el primer nivel de prioridad lo ocupan los desplazamientos a pie, seguidos de aquellos realizados en bicicleta y en el transporte público. No en vano, si descontamos el caminar, la bicicleta es “el único modo de transporte con cero emisiones reales y beneficios directos para la salud”, según recoge la Estrategia Estatal para la bicicleta del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (@mitmagob). Por este motivo el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021‐2030 establece como objetivo para 2030 que el 35 % de los pasajeros‐km que hoy se realizan en vehículos particulares de combustión opten por “otras fuentes no emisoras” y que un 20 % “se dirija a actuaciones de movilidad no motorizada, bicicleta, u otras medidas como el teletrabajo”. Así las cosas el Ministerio se ha marcado como objetivo aprovechar el potencial del cicloturismo.
El Gobierno quiere dar un impulso al cicloturismo para poner en valor el patrimonio histórico, cultural y natural de destinos que, mediante una oferta atractiva de experiencias y servicios en torno a la bicicleta, logren impulsar su economía local de modo sostenible y equilibrado. Esta modalidad de turismo no solo atrae una oferta complementaria (turismo familiar, rural, ecoturismo, turismo deportivo, etc.), sino que además ayuda equilibrar la oferta con otros destinos masificados en verano, como la playa.
Como Francia o Alemania
Potenciar el turismo en bicicleta puede insuflar vida a ciertas áreas rurales o entornos que donde la temporada turística depende en demasía de la estacionalidad de los meses de verano. Así, uno de los objetivos principales de esta Estrategia es “consolidar e impulsar una oferta nacional de cicloturismo, que promocione, muy especialmente, la experiencia de viajar en bicicleta, a través de grandes rutas ciclables, destinos amigables y atractivos para los ciclistas, generando riqueza y empleo también en el interior de nuestra geografía, facilitando la vinculación urbano‐rural”.
Tampoco es baladí el hecho de que desplazarse en bicicleta es una actividad muy beneficiosa para la salud de quien la utiliza y quizá también para la localidad que recibe a este tipo de viajeros, más alejado del perfil del turismo de fiesta que podemos encontrar en algunas localidades costeras. En definitiva, el cicloturismo ayuda a la “desestacionalización del turismo y la promoción económica y social de territorios con menor demanda de actividad turística”.
En los próximos años oiremos hablar cada vez más de cicloturismo, puesto que esta estrategia está alineada con “una mejora en la calidad de vida” como la que propugna la Agenda Urbana Española y con los objetivos de la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030 del Gobierno, que pretende potenciar la movilidad ciclista en nuestro país, y convertirlo “en un referente internacional en cicloturismo, como lo son Francia, Alemania, Holanda o Austria”. Ahora es cosa tuya salir con la bicicleta y experimentar una forma alternativa de hacer turismo.