Cine

¿Por qué 1999 está considerado por los estudios el mejor año de la historia del cine?

Marco Herrera

Miércoles 8 de mayo de 2019

5 minutos

'American Beauty', 'Matrix' o 'El talento de Mr. Ripley' son algunas de las joyas que dio este año

Kevin Spacey en American Beauty, una obra fundamental en el cine de 1999 (Dreamworks)
Marco Herrera

Miércoles 8 de mayo de 2019

5 minutos

El final de la década de 1990 fue el final de una era en la gran pantalla. El movimiento del cine independiente, que comenzó a principios de los 90 había crecido y ya se encontraba de forma permanente en la industria. Los estudios principales habían comenzado a lanzarse de cabeza al juego "dependiente", ampliando el producto de prestigio y utilizando la temporada de premios como herramienta de marketing. El panorama de éxitos de taquilla en los multicines había sido interesante, lleno de conceptos originales (buenos y malos), pero algo más estaba en camino: la era de las estrellas de cine –al menos como habíamos llegado a conocerla– empezaba a ser cosa del pasado.

Descubriendo las franquicias

Un punto destacable fue que el estreno en septiembre de ese año de La Amenaza Fantasma de La guerra de las galaxias y su éxito entre el público tras llevar la saga casi 20 años en punto muerto, fue clave para que los grandes estudios descubrieran el enorme potencial de las franquicias que a día de hoy son tan habituales en la cartelera. George Lucas había inflado este estreno con el reestreno de la trilogía original en 1997 en Estados Unidos, asegurando los grandes resultados de recaudación que luego obtuvo el Episodio I. Las majors descubrieron que películas precedidas de sagas potentes o rodeadas de productos como cómics, videojuegos o libros eran marcas infalibles en taquilla, lo cual vemos actualmente, sobre todo con el cine basado en superhéroes.

Grandes películas

Paul Thomas Anderson nos dio la estupenda y coral Magnolia, probablemente su mejor película. David O. Russell ofreció la primera disección real de la Guerra del Golfo con Tres Reyes, una historia de honor frente a la codicia. DreamWorks finalmente logró su objetivo con un nuevo y emocionante cineasta, Sam Mendes, al frente de la multipremiada American Beauty. A nivel internacional para Hollywood llegaba Todo sobre mi madre de Almodóvar, ganadora del Oscar y de enorme prestigio en todo el mundo para el director manchego.

Las obras maestras llegaban desde todos los géneros y países: El talento de Mr. Ripley de Anthony Minghella haciendo de Hitchcock de los últimos días y en su máxima expresión; El gigante de hierro de Brad Bird, animación con peso dramático antes de que Pixar se hiciera cargo de ese nicho; Election de Alexander Payne, una sátira ingeniosa que anunciaba una nueva voz vital; Cómo ser John Malkovich de Spike Jonze, la llegada del guionista Charlie Kaufman, creando algo nuevo; El club de la lucha de David Fincher, un thriller nihilista contra la sociedad de consumo que ha pasado a la historia por un montaje inolvidable.

Además de todo esto, también nos dio su última película Stanley Kubrick con una solvente Eyes Wide Shut. En otro ámbito también llegó El proyecto de la bruja de Blair, una obra igualmente notable de este rompecabezas. El género semi aficionado comenzó con ella, aunque se hizo viable a una escala mayor cuando el pequeñísimo presupuesto recaudó más de 100 millones de dólares en la taquilla americana. Además, la película utilizó una innovadora campaña de marketing en Internet en un momento en que esa pequeña herramienta realmente se estaba explorando para tales fines.

La obra maestra de Andy y Lana Wachowski es, para muchos, la identidad de 1999 en el cine. La última representación dramática de un tecno-mundo al borde del cambio, ese lanzamiento parecía ser la chispa que encendió todo lo demás ese año. Cuando se cuenta la historia de 1999, Matrix bien podría ser su pieza central. Merecen mención Sleepy Hollow como una de las mejores películas de Tim Burton, Pixar se puso a la altura con Toy Story 2, David Lynch dirigió otra obra maestra con The Straight StoryUn domingo cualquiera de Oliver Stone demostró el potencial de Jamie Foxx y Al límite de Martin Scorsese se convertía en un clásico moderno subestimado.

Las normas de la Casa de la Sidra lanzaba al estrellato a Charlize Theron y Tobey Maguire, La milla verde de Frank Darabont volvía al director al drama carcelario, El sexto sentido rompía récords de taquilla e inauguraba una nueva fórmula para el cine de terror y se estrenaba una de las mayores obras maestras de la década dirigida por Michael Mann y protagonizada por dos gigantes como Al Pacino y Russell Crowe: The Insider, El dilema.

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Marco Herrera

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