María Liébana
Cine
25 años del estreno de Los Puentes de Madison
Película inusual por su temática romántica dentro de la carrera de Clint Eastwood como director
Se cumplen 25 del estreno de Los Puentes de Madison, una de las películas de amor más emotiva del cine reciente y para muchos de las más conmovedoras. No es de extrañar, ya que tiene como director a Clint Eastwood, quien comparte papel protagonista con una magnifica Meryl Streep que desborda naturalidad, y por cuyo papel fue nominada al premio Oscar a la mejor actriz.
La película es una adaptación de la novela homónima de Robert James Waller (The Bridges of Madison County) que narra la historia de Francesca Johnson (Meryl Streep), un ama de casa que vive con su marido y dos hijos en una granja del condado de Madison, Iowa (Estados Unidos), quien ve su vida alterada con la llegada de Robert Kincaid (Clint Eastwood), un veterano fotógrafo de la revista National Geographic y de espíritu libre, que visita el condado para fotografiar sus viejos puentes.
Los Puentes de Madison es inusual por su temática romántica dentro de la carrea de Clint Eastwood como director. Un melodrama que según apunta Filmaffinity “no está protagonizado por guapos adolescentes padeciendo mal de amores banales, sino por dos maduros actores que nos regalan una historia de amor conmovedora, sorprendentemente real y de una sutileza mérito del clasicismo del mejor Eastwood-director".
Entre alguna de las curiosidades que rodea a la cinta, está el hecho de que a la protagonista no le gustara la novela, ya que no estaba de acuerdo en la forma en la que el autor describía a Francesca. Finalmente, la actriz no solo aceptó el papel, sino que se tuvo que teñir el pelo y engordar cerca de 9 kilos, aunque contó con una doble para las escenas de desnudos. Clint Eastwood tenía claro que el papel de Francesca era para Meryl Streep, y pesar de que los dos actores a penas se conocían, consiguen transmitir una química y complicidad indiscutible. Parte de la razón de su éxito.
Cuesta creer que quien interpretó unos años antes a Harry Callahan en Harry el sucio haya conseguido hacer a miles de espectadores disfrutar de un viaje emocional pocas veces visto en el cine. Y es que si algo llama la atención de Los Puentes de Madison es la sutilidad con la que se desarrollan los encuentros entre sus protagonistas, el empleo de los silencios, y el trasfondo que hay detrás de esta historia de amor y adulterio, ya que esconde matices de los sueños no cumplidos, el sacrificio por los seres queridos y lo cruel que puede ser elegir entre marcharse o quedarse como se está. Consiguiendo crear una de las escenas finales más desgarradoras del género romántico.