Querida y admirada por toda la profesión, Julieta Serrano, esa todoterreno capaz de brillar en todos los registros desde los que exigen Shakespeare o Tenesse Williams a los de Saura o Almodóvar, nació el año 1933 en Barcelona en barrio del Poble Sec y en el seno de una familia modesta en la que su madre trabajaba como costurera y su padre fue un actor frustrado.
"Fui muy poco tiempo al colegio y mi cultura está basada en los libros y en la propia vida", reconoce la actriz que sintió su vocación a muy temprana edad y que también confiesa que nunca fue a clases de interpretación. “Soy autodidacta. Aprendí el oficio sobre la marcha y fijándome en cantidad de actores y actrices con los que he trabajado”, explica la propia Julieta Serrano.
Sus primeros pasos en el teatro los dio con grupos de aficionados en Barcelona, en los entonces conocidos como teatros de Cámara y Ensayo, además de participar también en funciones infantiles antes de que en los años 50 llegase a Madrid y se integrara en la compañía de José Tamayo y más tarde realizando una larga gira por toda España bajo la dirección de José Luis Alonso.
Teatro
Sus primeras obras fueron títulos como Las criadas de Jean Genet, Orquídeas a la luz de la luna de Carlos Fuentes o Medida por medida de William Shakespeare. Su primer estreno en Madrid, fue bajo la dirección de Miguel Narros en La rosa tatuada de Tenesse Williams, espaldarazo importante para seguir prodigándose sobre los escenarios y compatibilizarlos con sus apariciones en el cine y la televisión.
Sus apariciones en el teatro, siempre de la mano de los más prestigiosos directores, se cuentan por éxitos. Ahí están Antígona de Anhouil, El caballero de Olmedo de Lope de Vega, El rey Lear de Shakespeare, Las mocedades del Cid de Guillen de Castro, Así es, si así os parece de Pirandello, todas ellas dirigidas por Miguel Narros; La loca de Chaillot de Giradoux, Delito en la isla de las Cabras de Betti, Un mes en el campo de Turgueniev o Los verdes campos del Edén de Antonio Gala, siempre bajo la dirección de José Luis Alonso; Un tranvía llamado deseo de Tenessee Williams a las órdenes de Alberto González Vergel; La Casa de Bernarda Alba de Lorca primero con dirección de Juan Antonio Bardem y más recientemente con la de Calixto Bieito…
Julieta Serrano también creó su propia compañía teatral y realizó montajes como Viaje de un largo día hacia la noche de Eugenio O’Neill y Espectros de Ibsen, ambas dirigidas por John Strassberg o La profesión de la señora Warren de George Bernard Shaw con dirección de Calixto Bieito.
Cine
Su debut en la gran pantalla llegó en 1965 con Secuestro en la ciudad, de Luis María Delgado, a la que seguirían El juego de la oca de Manuel Summers y Crónica de nueve meses con Mariano Ozores.
En la década de los 70 deja patente su gran talento en títulos como La prima Angélica de Carlos Saura, Vámonos, Bárbara, de Cecilia Batolomé o con Jaime de Armiñán El amor del capitán Brando y sobre todo Mi querida señorita, la película, nominada al Oscar como Mejor película de habla no inglesa, que protagonizó junto a José Luis López Vázquez y que definitivamente consagró a Julieta Serrano como la tremenda actriz que ya era.
Ya en los 80 comienza una fructífera colaboración con Pedro Almodóvar que se mantuvo en los 90 y ha llegado hasta hoy. Con el oscarizado director manchego ha trabajado en Pepi, Luci Bom y otras chicas del montón, Entre tinieblas, Matador, Mujeres al borde de un ataque de nervios, ¡Átame! y Dolor y gloria por la que recientemente recibió el Premio Goya. “Conozco a Pedro lo suficiente como para dejarme llevar. Han sido seis películas en total y, aunque no coincidíamos desde ¡Átame! y en este tiempo apenas nos hemos visto, es imposible no confiar en él”, declaró la actriz tras el rodaje de Dolor y gloria.
Pero Julieta también ha trabajado con muchos otros grandes directores como José Luis Borau en Tata mía, Fernando Colomo en El caballero del dragón, Vicente Aranda en El amante bilingüe, Gracia Querejeta en Cuando vuelvas a mi lado, Luis García Berlanga en Tamaño natural, Daniel Calparsoro en El aviso…
Televisión y muchos, muchos premios
En la pequeña pantalla todo el mundo recuerda a Julieta Serrano por sus apariciones en espacios dramáticos como su genial interpretación en Antigona, grabada para Teatro de siempre, Casa de muñecas, La Gaviota… o sus apariciones en Tres eran tres con Emma Cohen y Amparo Soler Leal, Cervantes con Julián Mateos o Gatos en el tejado con José Sacristán, además de por sus trabajos en Las chicas de hoy en día, Hospital central, El comisario, Herederos o más recientemente Algo que celebrar.
Con una carrera así, su colección de premios y galardones es más que abundante. Además del ya mencionado Premio Goya hay que recordar sus tres Premios Sant Jordi de Cinematografía, sus tres Fotogramas de Plata, uno como mejor actriz de televisión, otro como mejor actriz de teatro y otro más por toda su carrera, dos premios Max, uno por La casa de Bernarda Alba y otro por Divinas palabras, el Premio Margarita Xirgu, el María Guerrero, la Medalla al Mérito Artístico, o el Premio Nacional de Teatro por Ricardo III, Dentro de la tierra y por "su incansable búsqueda artística e intelectual, el compromiso y su generosidad en el trabajo, su cercanía y su incalculable talento interpretativo".
Julieta Serrano declaró, ya cumplidos los 87, “No pienso en la retirada, ya me retirará la vida. Me sigue haciendo ilusión ensayar, trabajar, aprender”. Y a eso sigue dispuesta tras 60 años de carrera y mientras continúa su vida en su casa, a espaldas del mítico Teatro Español, donde vive un piso por debajo de su gran amiga la también actriz Berta Riaza, ya nonagenaria, a la que cuida y se ocupa de administrar sus ahorros desde que esta otra imprescindible de nuestra escena se retirase en 2003 tras cumplir sus últimas funciones de Tío Vaina cuando comenzó a comprobar que su memoria la traicionaba.