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Este viernes 3 de junio llega a los cines Live is Life, la nueva película de Dani de la Torre. El director de El desconocido, La sombra de la ley y la aclamada serie La unidad cambia radicalmente de tono y registro en esta cinta basada en relatos de Albert Espinosa (El mundo amarillo, Pulseras rojas) y con la que busca "conectar con el corazón de los espectadores" siguiendo las aventuras de un grupo de adolescentes en la Ribeira Sacra gallega durante el verano de 1985.
"Cuando vi la película terminada pensé: 'Cuánta libertad teníamos antes y cuántos menos miedos'", proclama Espinosa que, al comparar los 80 con la época actual, lamenta el ritmo vertiginoso en el que está inmerso el mundo y cómo "las redes sociales y la sobrecomunicación hacen que no puedas tener la oportunidad de descubrir a las personas lentamente como era en los años ochenta. Aquello era algo extraordinario".
"Ahora todo pasa demasiado rápido, hoy se estrena una película, mañana ya ha hay otra, una canción llega y hay otra... no disfrutamos nada. Hemos perdido la pausa", coincide De la Torre que, en una entrevista concedida a Europa Press, también lamenta que actualmente, bajo el dominio de las redes sociales y "esa excesiva exposición", las vidas de la mayoría funcionan a golpe de "postureo". "Solo enseñas lo que quieres que los demás vean de ti. Nos creamos personajes como si fuéramos actores en nuestra propia vida. Vivimos una especie de 'Matrix': una cosa es el personaje de las redes y otra cosa eres tú", sentencia.
En todo caso, echando la vista atrás el director también reconoce que no todo es malo. "Hemos ganado cosas también. Por ejemplo, toda la música la tienes a tu disposición, todo el cine a tu disposición, que en aquellos años tenías que esperar meses por un disco, por una película o por una canción", recuerda. Precisamente una canción, el mítico himno de la banda austriaca Opus, es la que pone título este filme que arranca siguiendo los pasos de Rodri, un adolescente que acaba de dejar la niñez que sufre 'bullying' en el colegio y que, en el verano de 1985, viaja con su familia desde Cataluña hasta el pueblo gallego de sus padres para reencontrarse con su pandilla.
Sin embargo, este año es distinto para él y sus amigos. Los problemas del mundo real empiezan a aparecer en sus vidas amenazando con separarles. Aferrándose a la amistad que les une, los cinco amigos planean escaparse la noche de San Juan en busca de una flor mágica que, según cuenta la leyenda, crece en lo alto de una montaña y puede hacer que los deseos se hagan realidad.
Una película de las que ya no se hacen
"Es una película diferente al cine que yo hago y también al cine que se hace a nivel general", asegura De la Torre que revela que tras este cambio de registro cinematográfico hay razones muy personales directamente vinculadas a la muerte de su madre. "El guion lo leí y me gustó mucho, pero como yo hago otras cosas... no lo vi claro. Pero en esa época mi madre cae enferma de cáncer y murió dos meses después. Durante esa etapa con ella en el hospital y en casa hablamos mucho de lo que me gustaría hacer, fue entonces cuando mi madre me dijo que hiciera Live is Life", confiesa el director.
Con el cine de aventuras de Steven Spielberg como gran referente, el cineasta gallego asegura que, tal y como auguró su madre, rodar esta historia y alejarse de su zona de confort ha sido una experiencia enormemente positiva desde el punto de vista tanto profesional como personal. "Mi madre dijo: 'Haz esa película. Déjate de tiros y persecuciones y hazla porque te va a venir muy bien'. Y me vino muy bien. He conectado con mi yo adolescente y he podido hacer una película de las que ya no se hace: de valores, de amistad, de pandillas y de aventuras", destaca de la Torre.
Para Espinosa ese es precisamente uno de los puntos fuertes de una película capaz de "crear unos personajes que tienen un bagaje emocional que conecta con el espectador y que no sueltan en seguida, que llevan hasta el final". "Y eso es algo que hacía tiempo que no puedes ver en el cine", sentencia el escritor.