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Mario Casas ha dado el salto a la dirección, con su primera a película Mi soledad tiene alas. El largometraje está ambientada en los barrios donde Casas pasó su infancia, una experiencia "única" que ha llevado a la gran pantalla y que, argumenta, le ha cambiado la vida, como explica en una entrevista a Europa Press durante una visita al rodaje.
"Está siendo una experiencia única, que me está cambiando o puedo decir que ya me ha cambiado la vida; al final, yo soy actor también y cuando uno llega al rodaje y a unos ensayos, está todo hecho y masticado y de repente empiezas en la dirección y es un proceso largo y desde cero. Es una experiencia que también me ha cambiado la forma de ver aún más la profesión", ha enfatizado Casas.
"Llevaba muchos años pensando en la dirección y es algo que había soñado, y casi con la edad de mi hermano Óscar me dije que algún día me encantaría dirigir y sobre todo ponerme con los actores y tener ese viaje desde el otro lado" ha reconocido al respecto.
La película --que se rueda en Barcelona y Madrid y cuyo estreno está previsto para 2023-- trata la historia de un grupo de chavales que viven la vida al límite y se dedican a robar joyerías hasta que algo se tuerce y tienen que huir del mundo que conocen. Protagonizada por Óscar Casas, hermano del director, y un reparto no profesional encabezado por Candela González y Farid Bechara, el director escribió esta trama junto a la actriz belga Deborah François durante la pandemia.
Respecto al título de la película, Casas ha detallado que hace alusión a su etapa en Madrid en busca de su sueño: el de ser actor. "Me fui a Madrid siendo un niño, sin mis padres, buscando un sueño, ser actor y, de repente, me sentí enormemente solo, durante los dos primeros años sobre todo, pero tenía un sueño. Lo tenía claro y noté la sensación de que me salieron alas para volar. Tiene que ver también con un viaje que hice en mi vida y que me cambió y cambió el transcurso completamente de mi vida", ha confesado.
Sobre el casting, ha explicado que duró más de un año, ya que lo más importante para él era contar con actores no profesionales que dieran el salto por primera vez a la interpretación. "Me hace mucha ilusión porque son muy profesionales y llevan un montón de años en esto, entonces siento que estoy haciendo como una especie de máster, y tenerles cerca me inspira" ha afirmado la actriz Candela González.
Su hermano Óscar Casas: "Ha sido una experiencia única"
"Desde que escribió el guión en la pandemia ya me decía que iba a ser el protagonista y yo encantado: al principio me dio mucho miedo y ahora estoy feliz, porque ha sido una experiencia única", ha añadido por su parte el hermano del director, Óscar Casas.
"He notado presión por mi mismo, quería dar absolutamente todo de mi, y más en la película de mi hermano. Creo que ha sido un plus emocional pero Mario siempre me ha dado mucha confianza", ha añadido.
Para interpretar su papel, Casas sufrió un cambio físico con el fin de poder encajar en el personaje para lo que tuvo que perder ocho kilos, una pérdida que define como "complicada" pero que califica de "proceso mental" al descubrirse a sí mismo y que interpreta como una "ayuda para la construcción y la obsesión con el personaje".
"Creo que pocas veces he visto trabajar a alguien así, con tanta entrega, con tanto entusiasmo, con tanta profesionalidad, se está dejando la vida" ha destacado Casas al ser preguntado sobre el trabajo de su hermano, al tiempo que se ha mostrado esperanzado en la buena trayectoria de la película aunque sea "difícil predecir".
"Es cierto que uno ya no sabe lo que lo que funciona, lo que no funciona. Lo único que espero es que cuando la película llegue a las pantallas, que un público joven y no tan joven, la pueda disfrutar", ha manifestado.