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En Estados Unidos hay "una epidemia de soledad", especialmente entre personas mayores. Así lo ha asegurado el actor Tom Hanks, quien protagoniza la cinta de El peor vecino del mundo, que se estrena en España el próximo 28 de diciembre, alertando a su vez de una "falta de estructura social".
"Independientemente del covid, en Estados Unidos se está dando esta soledad con personas que pierden a sus parejas y se sienten solos, dejando de formar parte de una comunidad. Es algo terrible, que lleva a las personas a sentirse horriblemente solos", ha señalado en una entrevista con Europa Press el actor durante su visita a Madrid.
Hanks ha recordado cómo este tipo de películas, rodadas con protocolos debido a la pandemia, "funcionan en años adelante" gracias a reflejar consecuencias de la crisis sanitaria. "Al final, queda reflejada una época de soledad, donde a la gente le preocupan los extraños y no quieren acercarse mucho", ha lamentado.
El actor que dio vida a Forrest Gump asegura no estar preocupado por envejecer, puesto que es algo que no se puede controlar. "Ya te puedes ir acostumbrando a esa idea, porque va a llegar", ha bromeado Hanks, quien considera que "lo único que se puede hacer es cuidarse y estar conectado al mundo".
"Cuando uno se hace mayor, se levanta por la mañana y se pregunta qué va a hacer con su vida. Yo me pregunto ¿qué voy a construir? Y no me refiero a construir con herramientas, sino como parte de una vida mayor: eso es el espíritu de la vida", ha explicado el intérprete americano.
Rita Wilson, Truman Hanks y Tom Hanks en el photocall de la película en Madrid
"Me gusta la defensa intensa de las normas"
Hanks da vida en su nueva película a Otto Anderson, un viudo que acaba de jubilarse y cree que no tiene sentido seguir con su vida. Dirigida por Marc Foster (Guerra Mundial Z), la cinta es una adaptación de la novela homónima de Fredrik Backman que también cuenta con una versión sueca.
El actor reconoce sentirse identificado con algunas de las características de su personaje. "Me gusta la defensa intensa de las normas, yo sigo las normas, y en ese sentido sí que se podría decir que soy un gruñón", ha apuntado Hanks, tras defender la meticulosidad de su personaje en aplicar las reglas.
"¿Por qué la gente no aparca bien? ¿Por qué no aparta la basura y es tan vaga con eso? No lo entiendo, no es que me enfurezca, pero sí creo que si todos hacemos los esfuerzos por hacer lo correcto, la cosa funcionaría un poco mejor", ha destacado.
Con más de medio centenar de películas a sus espaldas y otros tantos años de carrera, el actor asegura desconocer todavía qué es lo que le hace elegir unos papeles en lugar de otros. "Lo único que sé es que hay algo que no ha cambiado para mí, que es el grado de emoción y peligro de conseguir lo que quiero", ha indicado.
"Empiezo con algo tan básico de aprender como el diálogo y, una vez te sabes el guión, me pregunto cuál es el viaje, el proceso de llegar para cuando uno esté rodando, pueda hacer el papel. Cada vez empiezas de cero, con la sensación de que puede ser electrizante y aterrador", ha afirmado.
Hanks ha recordado cómo en su paso por la Universidad desconocía que "se podía vivir de la profesión de actor" y nunca soñó con llegar a formar parte. "Pensé que eso era solo para estrellas del cine, pero empecé a ir al teatro y me di cuenta de que quería formar parte de esto: ser otra persona y poder decir un diálogo concreto de una historia fantástica", ha concluido.