Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorCuando recordamos a Marilyn Monroe solemos hacerlo con un vestido blanco que llevaba en película La tentación vive arriba, un vestido forma parte de la historia cinematográfica y la imagen de Marilyn Monroe parada sobre las rejillas del metro.
Pero hay otro vestido de Marilyn Monroe que no tiene que ver con el cine, pero sí con una de las interpretaciones que han pasado a la historia. Uno de los vestidos más icónicos de Marilyn Monroe fue el que llevaba cuando le cantó el Cumpleaños feliz al presidente John F. Kennedy: de color piel, ajustados a las curvas de actriz y adornado con 2.500 cristales incrustados a mano.
El vestido estaba tan ceñido al cuerpo de Marilyn que no llevaba ropa interior; además debió ser cosido en el último minuto antes de que ella apareciera en el escenario del Madison Square Garden de Nueva York para cantar con su voz sensual el Cumpleaños feliz al presidente Kennedy. El hecho de que fuera tan sumamente ceñido hizo que empezara a desgarrarse durante la velada.
Esa noche fue el sábado 19 de mayo de 1962 y se celebraba una fiesta con motivo del 45 cumpleaños del presidente en el emblemático Madison Square Garden de Nueva York. Asistieron al evento más de quince mil personas. Quien no acudió fue Jacqueline Kennedy, la esposa del presidente, que sabía que Marilyn iba a acudir al acto.
Esa noche, la actriz lució un icónico modelo confeccionado en gasa de seda color beis y adornado con dos mil quinientas incrustaciones de cristal cosidas a mano, lo que hacía parecer que iba prácticamente desnuda; la artista lo describió en algún momento como «piel y lentejuelas».
Fue diseñado por el modisto francés Jean-Louis Berthault, más conocido como Jean-Louis, a quien Marilyn se lo encargó tras ver los maravillosos modelos que creaba para Marlene Dietrich.
El vestido fue subastado en 2016 alcanzando la cifra de 4,8 millones de dólares. Antes de la subasta, se esperaba que el vestido alcanzase un precio de entre 2 y 3 millones de dólares, pero se superaron todas las expectativas. Fue adquirido por un imperio mediático estadounidense especializado en cosas singulares y que posee una cadena de museos, incluyendo uno en Hollywood.
La cantante y actriz, que murió menos de tres meses después de esta noche en Los Ángeles, sigue fascinando al mundo. Prueba de ello es el valor que alcanzan sus objetos subastados. El vestido de la famosa escena del filme La tentación vive arriba se vendió en 5,5 millones de dólares.