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El 16 de agosto de 2018 se apagó la prodigiosa voz de Aretha Franklin. Tenía 76 años cuando un cáncer de páncreas acabó con su vida. Su funeral, celebrado en Detroit, fue un verdadero acontecimiento que duró más de ocho horas al que acudieron músicos, políticos, activistas sociales y sobre todo decenas de miles de admiradores que los días previos al acto pudieron presentar sus respetos al cuerpo de la cantante que fue expuesto durante días en los lugares más icónicos de la ciudad.
La vida de la artista no fue fácil y ahora se ha plasmado en una película, Respect, dirigida por Liesl Tommy y protagonizada por Jennifer Hudson, que llegará a los cines de todo el mundo el próximo mes de enero. Mientras tanto se ha hecho público el tráiler del film en el que se refleja como Aretha, que tuvo su primer hijo a los 12 años, se enfrentó durante toda su vida al racismo y el machismo en los Estados Unidos.
La Reina del Soul, la inigualable Aretha Franklin, falleció en la ciudad de Detroit, la misma que le vio crecer y a la que siempre estuvo muy vinculada. Sin embargo, la pequeña Aretha vino al mundo en Memphis, en el seno de una familia muy querida y admirada en el comunidad. Hija de uno de los curas baptistas más influyentes de la época, amigo de Martin Luther King, y de la cantante de gospel Barbara Siggers.
Así, la música formó parte de su vida desde la infancia. De hecho, a los ocho años ya sabía tocar el piano y cantaba con increíble soltura. Participó en el coro de la iglesia y a los catorce años grabó su primer disco de estudio, The gospel soul of Aretha Franklin, inaugurando una apoteósica carrera que la convertiría en una de las mejores voces de la historia.
Una vida con luces y sombras
En 1961, Aretha Franklin fichó por Columbia, dirigiendo originalmente su música hacia el jazz, un género con el que nunca se sintió identificada y que pronto sustituyó por el blues y el gospel, ideales para su extraordinaria voz. Una vez hallado su camino, la ya apodada 'Lady Soul' grabó en 1967 el disco I Never Loved a Man, del que cinco singles lograron vender un millón de copias cada uno, entre ellos destacan Respect y I Never.
Lamentablemente, tras experimentar el éxito más fulgurante con este y los otros dos discos que vieron la luz en aquella época, la década de 1970 fue mucho más oscura para la cantante. Su decaimiento como compositora, sumado a los malos tratos que sufrió por parte de su marido Ted White, su posterior divorcio y el resto de relaciones sentimentales (igual de estrepitosas) que mantuvo los años posteriores hicieron mella en su persona.
Aún así, esta leyenda de la música obtuvo 18 Premios Grammy a lo largo de toda su carrera y colaboró con artistas de la talla de Eric Clapton, Ray Charles, James Brown, George Michael, Whitney Houston o Elthon John, entre muchos otros. Además, luchó a favor de los derechos raciales y la liberación femenina en Estados Unidos.
Su última actuación tuvo lugar en noviembre de 2017, con motivo del 25 aniversario de la Fundación Elton John AIDS contra el Sida. En ese momento, la cantante ya había sido diagnosticada del cáncer de páncreas que finalmente acabó con su vida unos meses después, obligándonos así a despedirnos de la última superviviente de la época dorada de la música soul estadounidense.