Comercios centenarios de Barcelona

Por suerte no todas las ciudades son iguales, cada una tiene su propia historia, y  son sus calles y edificios los que nos hablan de ella. Si te gustan los edificios que llaman la atención por su singularidad serás amante de los comercios centenarios. Barcelona aún cuenta con diversos establecimientos emblemáticos ubicados en edificios históricos, que ahora regentan nuevas generaciones de las familias fundadoras. Todos tienen su propia historia, que acompaña a la del propio transcurrir de los tiempos. Y aunque existen diversas rutas guiadas para conocerlos también puedes visitarlos por tu cuenta. Te descubrimos algunos de ellos

Pastelería La Colmena

La Colmena es una de las pastelerías más antiguas de Barcelona; lleva más de un siglo perfumando la plaza del Ángel con sus pasteles y bombomes artesanales. Situada en pleno corazón de Ciutat Vella, a un extremo del Gótico barcelonés, el local es un foco de atracción tanto para turistas como locales que quieren comprar sus pastas. Se desconoce la fecha exacta de su fundación, pero se sabe que su nombre original fue el de Ca l’Abella y que, en el año 1849, Rosendo Abella tenía la confitería justo en frente de su ubicación actual. Fue en 1927 cuando los hermanos Josep y Francesc Roig Manubens adquirieron el negocio. Toni Roig, bisnieto de Francesc, es quien se encarga en la actualidad de elaborar los caramelos del modo tradicional junto con otros dulces típicos de la pastelería catalana.

Cerería Abella

La historia de Cerabella comenzó a finales del s.XIX cuando una mujer del Pallars dejó el pequeño pueblo donde vivía para aventurarse en la ciudad. Francesca Abella montó un pequeño obrador de cirios en la Plaça del Pedró en el barrio del Raval de Barcelona, en una época en que la luz del sol se usaba para blanquear la cera y las velas iluminaban las noches oscuras. Con la llegada de la electricidad, la cerería tuvo que reinventarse y así ha seguido lo largo de las cinco generaciones con una apuesta por la calidad y la investigación para convertir la fabricación de las velas en una creación constante de formas, perfumes, colores y usos que hacen las delicias de su clientela.

Sombreros Obach

Sombreros Obach es una empresa familiar de gran prestigio con una exitosa trayectoria en la venta de sombreros, gorras y boinas que fue fundada en 1924. La tienda siempre ha sido valorada por su clientela por el trato personal que reciben en ella. Y aunque atienden a personas de todas las edades, sus clientes son señores de más de 40 años, tal y como ellos mismos reconocen. Su local está considerado en la zona como una sombrerería de toda la vida (el interior sigue siendo como en 1924, con armarios de roble y cajones), hoy regentada por la tercera generación y la cuarta ya trabaja en ella. En reconocimiento a toda su trayectoría, el Ayuntamiento les otrogó una placa en la campaña "Barcelona posa't guapa" en el año 1994.

Peletería La Siberia

La Peletería Siberia fue fundada en 1891 por Josep Ticó y Rebert, que llegó a Barcelona para trabajar de aprendiz en una casa de curtidos, Can Montiu. Con visión de futuro, se marchó en París para conocer el oficio y se puso a trabajar en Can Revillon, madurando la idea de establecerse por su cuenta en Barcelona. Al volver, abrió un negocio en la calle de la Portaferrissa cuando sólo tenía 21 años con el nombre Peletería Siberia, porque la Siberia es uno de los territorios más ricos en pieles de todo el mundo. El éxito del negocio y la dinámica de la ciudad hicieron que en 1907 Josep Ticó se instalara en el mismo lugar donde hoy se encuentra la casa matriz, en la Rambla de Cataluña. Todas las capas de la sociedad catalana, desde la burguesía a la aristocracia, pasando por el mundo profesional, intelectual y artístico, han sido clientes de la casa para comprar sus elegantes prendas de piel; y los nombres de Picasso, Dalí y Miró son algunos ejemplos de ello.