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Cómo están las propinas en el mundo: guía para no fallar

Beatriz Torija

Domingo 8 de agosto de 2021

6 minutos

En Estados Unidos la propina es obligatoria, mientras que en Japón es ofensiva

Cómo están las propinas en el mundo: guía para no fallar
Beatriz Torija

Domingo 8 de agosto de 2021

6 minutos

Las circunstancias este verano están haciendo que apostemos por el turismo interno mucho más que por los viajes internacionales. Hay un tema candente últimamente, y es que con los pagos con tarjeta y a través del móvil, las propinas en hostelería han caído con fuerza.

Las propinas siempre suponen un quebradero de cabeza. ¿Las dejamos solo si estamos satisfechos con el servicio? ¿Cuánto conviene dejar? ¿Cómo saber si nos quedamos cortos o si nos pasamos? ¿si lo añadimos al pago con tarjeta le llega realmente al camarero?. Dudas que se multiplican cuando viajamos al extranjero. Hay quien ya se atreve a saltar fuera de nuestras fronteras, pasaporte Covid en mano, y hay quien esperará al año que viene, soñando y preparando ya su viaje a un destino exótico. No está de más ir conociendo dónde y cómo se debe dejar la propina.

El de las propinas es un todo un mundo sobre el que conviene que nos informemos antes de iniciar un viaje, si no queremos pasar en algún momento, un mal rato o tener un malentendido. Hay lugares en los que dejar propina es norma común y no hacerlo puede provocar una reacción desairada, en otros es obligatorio. Y también hay lugares en los que la propina está mal vista y si dejas unas monedas de más, puedes ofender al camarero.

En Europa, las propinas son como en España

Si vamos a viajar por Europa, el sistema de propinas es bastante similar al nuestro. Se puede dejar un dinero extra en la cuenta si hemos recibido un buen servicio, pero no ese obligatorio. En Alemania debemos decir expresamente al camarero que trae la cuenta cuánto queremos que nos cobren, si es que queremos dejar propina. En Francia, donde la propina estaba bastante arraigada, igual que en España, está cayendo en los últimos años. Las generaciones jóvenes, cada vez, dejan menos propinas.

Cómo están las propinas en el mundo: guía para no fallar

Propinas obligatorias

Estados Unidos es el principal ejemplo de país en el que la propina es obligatoria, y se da por sentada. Y no solo en bares en restaurantes. Si no quieres que se te quede la cara como la de Julia Roberts en 'Pretty Woman' cuando el camarero del servicio de habitaciones del hotel, tras haber servido una botella de Champagne y un bol de fresas en la habitación, no se marchaba, a la espera de su propina, tenlo siempre en cuenta.

Lo mejor es que en los bares y restaurantes lo más habitual es que la propina ya se incluya en la cuenta, por lo que no hay que andar echar cuentas de cuánto dejar. En Canadá y en México el sistema es bastante similar.

Cómo están las propinas en el mundo: guía para no fallar

Prohibido dejar propina

En Japón no hay cultura de dejar propina. Allí entienden que un precio, sea de lo que sea, está establecido de tal forma que se apropiado tanto para el producto como para el servicio, y no se espera ninguna propina. Es más, puede incluso que resulte ofensivo para quien la reciba y lo normal es que la rechace si, por desconocimiento, pretendemos dejar unos yenes de más en la cuenta.

Antiguamente ocurría lo mismo en China. No era costumbre dejar propina y no se esperaba. Sin embargo, la globalización está implantando la costumbre de dejar propina, especialmente en todos los servicios relacionados con el turismo. De hecho, los guías turísticos trabajan por y para la propina.

En Rusia ocurre algo similar. La propina se va implantando poco a poco. Sin embargo, aún es frecuente encontrar personas mayores que la rechazan. El motivo es que durante la época soviética estaba mal visto dejar propina, se entendía como una forma de denigrar a la clase trabajadora.

En Australia y Nueva Zelanda, tampoco es habitual dejar propina, no hay cultura de hacerlo. No es que resulte ofensivo, sino simplemente que los sueldos allí son tan aceptables que ni camareros ni otras profesiones necesitan ningún complemento.

Los países donde la propina es una pesadilla

En países como la India, Marruecos, Túnez o Egipto, la cultura de la propina, y del regateo, está muy extendida. Sin embargo, para los turistas, la propina, así como el regateo de los precios, puede llegar a convertirse en toda una pesadilla. Es recomendable dejar propina, en torno a un 10% del total de la cuenta, en bares y restaurantes, los botones y camareros de los hoteles, así como los guías turísticos. También para los conductores de ricksaws y tuk tuks. Para todos ellos, las propinas de los turistas representan una parte muy importante de sus ingresos a final de mes.

El problema es que en muchas ocasiones hay personas capaces de arruinar un paseo por la calle o por el zoco porque nos perseguirán ofreciéndonos algún tipo de servicio con el único objetivo de obtener la ansiada propina. En India, incluso, es habitual que gente con la que te cruzas, sin más, te diga ‘Hello, one rupee’, pidiéndote una propina. Tanto en la India como en Egipto utilizarán la palabra ‘baksheesh’, para pedirte alguna moneda.

Cómo están las propinas en el mundo: guía para no fallar

Es conveniente no dar propinas sin más y, sobre todo, no dar nunca propinas por las calles a los niños, aunque sean insistentes (e incluso pesados) pidiéndolas. Si lo hacemos, les estamos enseñando a mendigar. Es preferible ser generosos con la propina cuando hemos recibido un buen servicio de un profesional: un camarero, un botones de hotel, o el conductor de un taxi o ricksaw.

Ahora bien, si eres demasiado generoso, por ejemplo, al dar una propina a un botones de hotel, te arriesgas a que el personal del hotel esté llamando continuamente a tu puerta: para ofrecerte acolchar la cama, abrir la cama a media tarde, para ver si necesitas toallas nuevas, o para ver sencillamente si necesitas algo…

Sobre el autor:

Beatriz Torija

Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.

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