Alba L. Marín
Ocio
¿Cuáles son los edificios más antiguos de Madrid?
La capital conserva dos edificios de más de 500 años
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La historia de Madrid se refleja en muchos de los edificios históricos que pueblan sus calles y avenidas. Tanto es así que incluso hoy se conservan tres edificios que se construyeron antes de que en 1561 Felipe II decidiese asentar la corte y, con ello, establecer la capital de España en Madrid.
Los cinco edificios más antiguos de la ciudad datan de los siglos XV y XVI. La mayoría con casas-palacio o palacios representativos, aunque con varias reformas, de la arquitectura de las clases altas de esos siglos en la ciudad.
1. Casa de los Lujanes (1460)
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Esta casa-palacio es una de las pocas del siglo XV que se conservan en Madrid. Álvaro de Luján mandó construir en 1471 la torre y la casa. La planta del edificio es irregular y se caracteriza por su organización en torno a un gran patio central y, sobre todo, por contar con tres fachadas.
A lo largo del tiempo ha sido objeto de varias modificaciones. La primera de ellas fue en 1858, para albergar -un año después de su creación- la Academia de Ciencias Morales y Políticas fundada por Isabel II. Ya en el siglo XX el ayuntamiento de la ciudad mandó al arquitecto municipal Luis Bellido la restauración de la fachada, para devolverle su aspecto original. Esta modificación se enmarcó en las obras de reforma y remodelación que llevó a cabo Bellido en los edificios de la Plaza de la Villa.
Lo más llamativo es la portada principal con una decoración gótica y el escudo nobiliario de Los Luján.
2. Casa de don Álvaro de Luján (1494)
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Esta casa, también del siglo XV madrileño, se ubica a unos pocos metros de la Casa de los Lujanes. Perteneció al hombre que le dio su nombre, Álvaro de Luján, aunque fruto de varias reformas, hoy tiene unas dimensiones distintas. Tiene una planta rectangular, organizada en torno a un patio cuadrado interior que sufrió una ampliación hacia el oeste. En el interior albergó los sepulcros de Beatriz Galindo y su marido Francisco Ramírez, realizados bajo el estilo plateresco.
Su fachada tiene un elemento exclusivo que no se encuentra en ningún otro lugar de la capital: el arco de herradura. Debido a modificaciones posteriores, la disposición de los ventanales es irregular.
En el contexto de reformas de llevadas a cabo por Luis Bellido, este edificio se acondicionó para trasladar aquí la Hemeroteca Municipal. No obstante, a finales del siglo XX, esta se mudó al Cuartel del Conde Duque y los sepulcros fueron trasladados al Museo Municipal.
3. Casa de Cisneros (1537)
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Se trata de otra casa-palacio, en esta ocasión de estilo renacentista. Fue mandada construir por el sobrino del cardenal Cisneros, Don Benito Jiménez de Cisneros. También forma parte del conjunto de la arquitectura de la plaza del Ayuntamiento, el cual incorporó la casa a la hacienda pública en 1909 para instalar parte de sus departamentos. De nuevo, el arquitecto municipal Luis Bellido realizó varias reformas. En este caso, son modificaciones vinculadas a la corriente "nacionalista" de principios del siglo XX que reivindicaba el plateresco, pero también enfocadas a recuperar el estilo original de su construcción. Este edificio forma parte de la escasa colección de palacios renacentistas del siglo XVI de Madrid.
Además, como curiosidad, realizó un pasadizo para conectar esta construcción con el Ayuntamiento. Después de la Guerra Civil se hizo otra reforma en el interior, donde destacan los azulejos de Talavera de la escalera, así como el Salón de los Tapices.
4. Casa de las siete chimeneas (1574)
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Después de acabar en manos de una entidad bancaria, actualmente es una de las dependencias del Ministerio de Cultura, donde se ubicaba el antiguo Circo Price. A pesar de haber sufrido varias modificaciones, al igual que el resto de los edificios, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura residencial de la capital de los siglos XVI y XVII.
Esta casa ha tenido varios dueños desde su construcción, caracterizada por las ventanas en el piso inferior y balcones en el superior, de planta rectangular y el tejado a dos aguas. De este último destacan las siete chimeneas que lo coronan y que le dieron su nombre actual.
Desde finales del siglo XIX se han llevado a cabo reformas de ampliación y de restauración del estilo herreriano, considerado el original puesto que esta obra se atribuye a Juan de Herrera. La última remodelación tuvo lugar en 1958.
5. Casa de la Panadería (1590)
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La vieja Plaza del Arrabal, tras sus reformas, se convirtió en la actual Plaza Mayor. En el lado norte de esta se encuentra la Casa de la Panadería, cuyo nombre deriva de albergar al gremio de los panaderos, dado que el mercado se ubicaba en ese emplazamiento. Esta primera reforma de la estructura inicial le correspondió al arquitecto Juan Gómez de Mora por orden de Felipe III. Sus labores de intervención se encaminaron a unificar el estilo de la plaza, integrando dicho edificio en la decoración aledaña.
Pocos años más tarde, el edificio fue destruido casi al completo por las llamas del incendio de finales de siglo. No obstante, no se vio afectado por el último que tuvo la plaza en 1790.
Lo más destacado es, en la fachada, el gran balcón y el Escudo Real, mientras en el interior lo más impactante son sus pinturas.
A lo largo de cinco siglos el edifico ha albergado a numerosas instituciones. En primer lugar fue Tahona General de la Villa, pero en 1732 fue ocupado por las dependencias del Peso Real. Pocos años más tarde, en 1745, se convirtió en la sede de la Real Academia de San Fernando hasta 1774, año en que pasa a ser sede de la Real Academia de la Historia. Ya para finales del siglo XIX fue adquirido por el Ayuntamiento y se convirtió en la Biblioteca Municipal, aunque a principios del siglo siguiente pasó a ser sede del Archivo Municipal y la segunda casa consistorial de la ciudad. Más tarde se instaló el Centro Cultural Mesonero Romanos hasta que en la actualidad es el Centro de Turismo de la Plaza Mayor.