Toni Esteve
Ocio
Descubre el Monte Perdido de los Pirineos, que incluye dos de los cañones más grandes de Europa
Un paisaje excepcional que forma parte del Patrimonio de la Humanidad
El Monte Perdido, con sus 3.355m de altitud, es la tercera montaña más alta de los Pirineos, tras el Aneto y el Posets. Está situada en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, e incluye un conjunto de cuatro valles (Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta) que se extienden alrededor de este macizo calcáreo, el más alto de Europa.
En realidad el macizo de los Pirineos-Monte Perdido se extiende a ambos lados de la frontera entre Francia y España por una superficie de 30.639 hectáreas, y cuenta con formaciones geológicas clásicas: dos cañones, los más grandes y profundos de Europa, situados en la vertiente meridional española, y tres grandes glaciares en la vertiente septentrional francesa.
Para ser incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial, los sitios deben tener un valor universal excepcional y cumplir al menos uno de los diez criterios de selección que utiliza la UNESCO. Pues bien, el macizo del Monte Perdido cumple nada menos que con cinco de estos requisitos:
Paisaje de excepcional belleza natural
Con sus prados, lagos, cuevas, montañas y bosques, este macizo “es un paisaje excepcional”. Además, la región es de gran interés para la ciencia y la conservación, ya qye posee elementos geológicos, panorámicos y de fauna y flora que la convierten en una de las áreas protegidas alpinas más importantes de Europa.
Accidentes geográficos “sobresalientes”
Presenta una serie de accidentes geográficos geológicos clásicos como los profundos cañones y los glaciares espectaculares. La región se distingue por su ubicación en el punto de colisión tectónica entre las placas ibérica y europea occidental. La propiedad presenta una unidad geológica excepcional, formando un macizo calcáreo con el Monte Perdido en su centro. El paisaje resultante es considerablemente diferente en la vertiente norte (Francia) y la vertiente sur (España).
Testimonio excepcional de una tradición cultural
Los pastos y prados de la zona, con sus pueblos y senderos que los unen, son un testimonio notable de un sistema de trashumancia muy raro en Europa, todavía practicado por siete comunidades que viven principalmente adyacentes a la propiedad.
Etapas de la historia
Su paisaje ilustra etapas importantes de la historia de la humanidad. Así, los valles altos y las cumbres calcáreas de los Pirineos-Monte Perdido son un ejemplo sobresaliente de un paisaje conformado por un sistema de trashumancia pastoral que se desarrolló en la Edad Media y aún existe hoy.
Interacción humana con el medio ambiente
El modelo del hábitat de la zona, con sus aldeas, campos y prados, como base de una migración estacional de hombres y animales a los pastos altos durante la temporada de verano, es un ejemplo sobresaliente de un tipo de trashumancia que alguna vez estuvo muy extendida en las regiones montañosas de Europa, pero que hoy es poco común.