David Vargas
Ocio
Descubre el Pirineo de Lleida, un destino de ecoturismo
Una escapada entre valles y montañas para disfrutar de actividades en plena naturaleza
La localidad de Sort es un buen punto de partida para acceder a la alta montaña de Lleida, un territorio indómito en el que miles de años de presencia humana han legado un rico patrimonio material e inmaterial, y han modelado una inmensa diversidad paisajística. Franqueado por el río Noguera Pallaresa, el entorno esconde multitud de senderos, como el Camino Natural de Sort y la Vall d’Àssua, que permiten descubrir pueblos pirenaicos llenos de encanto (Olp, Llessui, Pujalt, Bressui...), que conservan sus calles de piedra, el habla pallaresa y la atmósfera original de las villas de montaña.
Remontando el curso del río se llega a Llavorsí, punto de información del Parque Natural de l’Alt Pirineu, la reserva más extensa de Cataluña (69.850 hectáreas). Allí cuentan con documentación útil para esta ruta. A la entrada de Llavorsí, nada más cruzar el puente sobre el Noguera Pallaresa, aparece el cruce que, hacia la izquierda, atraviesa el pueblo para continuar hacia las Valls d’Àneu, Espot y el Parque Nacional d’Aigüestortes.
El parque se extiende por las comarcas del Pallars Sobirà, el Pallars Jussà, la alta Ribagorça y la Vall d’Aran y tiene una extensión de 14.000 hectáreas, sembradas de abetos y bosques de pino negro. Alberga más de 200 estanques y numerosos refugios de alta montaña. Hay múltiples itinerarios dentro del parque para iniciarse: “el Camino de los Enamorados”, “la Roca de la Quemada”, “El lago Llong” y la vuelta al lago de Sant Maurici por el mirador.
Un ecomuseo de la vida rural
Si se sigue por la C-13 dejando de lado el desvío hacia Espot, se accede al conjunto de pueblos y valles que forman las Valls d’Àneu. Esterri d’Àneu es la adormilada villa que ejerce de capital del valle y donde no hay que perderse el Ecomuseu de les Valls d’Àneu, que muestra la realidad natural y cultural de estos territorios. Este museo difunde el patrimonio y la cultura del Pallars a través de visitas guiadas y teatralizadas a la Casa Gassia en Esterri d’Àneu, a las iglesias románicas de Isil y Son –entre otras–, a la quesería de Gavàs y a los búnkeres de la Guingueta.
Una vez hemos pasado Alós de Isil, última población del valle, se ingresa en la Vall d’Aran a través de Montgarri. Llegar hasta este santuario es todo un espectáculo. Un gran tramo del camino se haya rodeado de grandes laderas repletas de abetos, donde caballos y vacas pastan libremente alejados totalmente de la civilización. El río Noguera Pallaresa nos recibe con esa belleza tan particular que nos ofrecen sus aguas. Es fácil sentirse bien aquí, en el Santuario de Montgarri (que a su vez es refugio, restaurante y bar). El esplendor que alberga el lugar mires donde mires, es indiscutible. El entorno incomparable hace de este lugar un buen sitio para visitar.