Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorFoto: The Brown Sisters © Nicholas Nixon Fundación Mapfre
Sábado 26 de junio de 2021
3 minutos
Foto: The Brown Sisters © Nicholas Nixon Fundación Mapfre
Sábado 26 de junio de 2021
3 minutos
En 1974, con motivo de una reunión familiar, Nixon realizó un retrato de grupo de su esposa Beverly Brown y sus tres cuñadas. Entonces Bebe tenía veinticinco años y sus hermanas, Heather, Laurie y Mimi, veintitrés, veintiuno y quince respectivamente. La foto no satisfizo sus expectativas, pero en el mes de junio siguiente, Laurie se graduó de la universidad y Nick hizo otra fotografía de las cuatro hermanas. Fue después de esta segunda película exitosa que el grupo acordó reunirse anualmente para un retrato en el que las hermanas siempre aparecerían en el mismo orden: de izquierda a derecha, Heather, Mimi, Bebe y Laurie. Una imagen para representar un año determinado. Desde entonces, cada año, Nixon repetiría la experiencia de forma invariable: cada retrato se hace con una cámara de visión de 8 × 10″ en un trípode y se captura en un negativo de película en blanco y negro.
En la serie de Las hermanas Brown el tiempo transcurre inexorable. Modifica los rostros, los cuerpos y el color del pelo, pero también las experiencias de vida, que se ven reflejadas en las caras de las hermanas. Ha pasado ya casi medio siglo desde que el artista iniciara esta serie, que sigue siendo una de las obras más significativas de la fotografía contemporánea y su cámara sigue inmortalizando, cada año, un único instante que para el espectador permanece inalterable en el recuerdo.
El Espai 2 del Centro de Fotografía KBr de la Fundación Mapfre, en Barcelona, recoge por primera vez a nivel mundial las cuarenta y cinco fotografías que componen hasta la fecha la serie de Nixon, tituada Las Hermanas Brown, incluida la última, realizada en otoño de 2020.
La mayoría de proyectos del fotógrafo Nicholas Nixon se desarrollan a lo largo de los años y tiene como modelos a enfermos de sida, ancianos en residencias y hospitales, niños y, por supuesto, como en el caso de esta serie, a miembros de su familia. Sus trabajos ponen de manifiesto el interés esencial de Nixon en las relaciones humanas. Motivo por el que muchos de ellos continúan abiertos y en constante evolución, como sucede en este caso.
«Estos retratos surgieron de mi curiosidad y mi admiración por un grupo de mujeres hermosas y fuertes que me dejaron entrar en sus vidas y después me permitieron hacerles un retrato, y unirme a una tradición, a un rito de paso anual. Quiero a mis cuñadas Mimi, Laurie y Heather, y les agradezco de todo corazón su amor y su paciencia. Bebe, mi verdadero amor, mi mejor amiga, es el centro de mi vida. Qué afortunado, qué agradecido me siento», ha comentado el propio fotógrafo sobre este trabajo.
Para un espectador atento, estas fotografías, con sus innumerables matices de grises y emociones contenidas, pueden promover una nueva apreciación de una parte intangible de la vida: el paso del tiempo y los años, el compromiso y el amor hacia los seres queridos. Una mirada atenta y compasiva sobre cómo envejecemos.