Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLos atunes son pescados migratorios de cuerpo alargado y fusiforme de la familia de los túnidos de los que existen diferentes especies que no debemos confundir, para no darle el mismo trato en la cocina, ni para pagar un precio que no le corresponde. Estos son algunos de los errores más habituales que se suelen cometer al comprar y cocinar atún.
Los atunes más valorados y con mayores diferencias morfológicas son el atún rojo y el atún blanco o bonito del Norte.
El atún rojo es el más valorado en la cocina japonesa. Se trata de un pez grande, puede alcanzar los 600 kg, de piel azulada y brillante y carne de color rojo intenso, similar al de la vaca o e buey. Se suele pescar en el Mediterráneo.
El atún blanco o bonito del Norte no es tan grande ni graso como el rojo. Su carne es de color rosada tirando a blanquecina y de textura suave. Se suele utilizar para elaborar platos tradicionales como el marmitako. Se pesca en las costa cantábricas donde llega procedente del Atlántico. Es muy fácil confundirlo con el atún claro, muy utilizado para hacer conservas, pero de menor calidad que el blanco.
La temporada de captura del atún rojo es muy limitada por lo que, para poder abastecer los mercados de atún rojo durante todo el año, lo que se hace es una gran pesca en temporada y mantener los ejemplares bien cuidados y alimentados en piscinas. Este sistema evita saturar el mercado de atún, garantiza un sacrificio sin estrés, es sostenible y mantiene un precio estable del pescado.
El atún rojo tiene los niveles de grasa óptimos en los meses de mayo a junio, cuando llega al Mediterránea para desovar, momento en el que se incrementa la pesca y se pueden obtener mejores precios. Las piezas que no tienen un color suficientemente atractivo para preparar un tataki se congelan a -60ºC y se utilizan para guisos o hacer a la plancha. No obstante, tanto el fresco como el congelado son de muy buena calidad.
La congelación permite disponer de atún salvaje fuera de temporada manteniendo todas las propiedades organolépticas. Por otro lado, es imprescindible congelarlo si se va a comer crudo de cara a la prevención del parásito anisakis.
La captura y manipulación determinan la calidad del atún rojo, ya que una captura y sacrificio con estrés hace que el atún produzca ácido láctico que, al ser de sangre caliente, hace palidecer la carne, la deja flácida y cocida. Para evitar el estrés se sacrifican de forma muy rápida.
La carne del atún rojo tiene zonas más clara y otras más oscuras. El lomo es rojo intenso y brillante y la ventresca es más rosada. Si hablamos del olor, este ha de ser suave, para todos los pescados y, en el caso del bonito del Norte, el olor ha de ser a mar y su color más rosado que el atún rojo.
Para evitar la picaresca y autentificar el atún rojo se pasan unos controles específicos que se adjuntan en una documentación disponible en los mercados y en los restaurantes. En ella se puede consultar la trazabilidad de dicho atún.
Cada parte del atún ha de cocinarse de determinada manera, ya que tiene diferentes características y texturas. Si hablamos de atún rojo:
Cuando se trata de bonito del Norte ocurre lo mismo:
Finalmente, es importante no sobrecocer las piezas ya que pierden su jugosidad. Hay que respetar la cocción para que también se conserven las proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos omega 3. Tan solo es necesario marcarlo un poco por los cuatro lados, cuando se hace a la plancha o se prepara un tataki; o, en los guisos tales como el marmitako y el atún encebollado, añadirlo casi al final.