La mejor manera de conocer Asturias es adentrándose en sus sidrerías una vez caída la tarde. Ya dentro, uno puede empequeñecerse ante el bullicio de turistas y parroquianos, que preparan sus estómagos con unos culines de sidra para la última comida del día. En horas punta, y si no se tiene práctica, puede resultar difícil hacerse un hueco en sus barras. Sin embargo, la soltura se coge pronto, ya que las visitas a la barra se repiten constantemente, y no solo por la medida minúscula del culín, sino porque esta bebida en su ambiente natural puede ser muy adictiva.
Las buenas sidrerías abundan en Asturias. Las hay de postín o más populares, clásicas o más modernas, pero todas comparten el amor por este zumo de manzana fermentado, que todavía tiene mucho que decir dentro de la gastronomía española. La sidra es mucho más que una bebida alcohólica, es un símbolo de identidad asturiana, que está empezando a reivindicar más espacios de expresión dentro y fuera de su entorno natural. Hasta entonces, nos quedamos en Asturias para recomendarte 5 sidrerías que no deberías perderte.
Lagar Casa Gervasio (Fuente de la Plata, 68. Oviedo)
Es uno de los lugares más míticos de la capital asturiana. Este tradicional establecimiento comienza en 1925 a elaborar y comercializar su propia sidra. Es un lugar sencillo, alejado del centro de la ciudad y de los circuitos más turísticos. Su especialidad es el pescado frito: bocartes, bacalao, calamares o los populares fritos de pixín. Muy buenas ensaladas y patatas fritas para acompañar; y de postre, un buen queso asturiano o sus golosos canutillos de crema.
El Ovetense (Calle San Juan, 6. Oviedo)
El Ovetense es todo un referente del centro de Oviedo. Su privilegiada situación, entre la catedral y la famosa y agitada calle Gascona, hace que sea una de las sidrerías con más ambiente de la ciudad. Una vez dentro, será obligado pedir su pollo al ajillo y el jamón asado al estilo de Serafín, acompañado por supuesto de una botella de la bebida de la casa.
Casa Ataulfo (Calle Cabrales, 29. Gijón)
Este restaurante-sidrería de Gijón lleva más de 35 años ofreciendo uno de los mejores productos de la ciudad. Es difícil encontrar a un gijonés que no haya cruzado sus puertas, y es que es una de las casas tradicionales más conocidas y reconocidas de Asturias. Por sus mesas han pasado hasta el mismo Ferrán Adriá o el famoso cocinero José Andrés. Está especializado en pescados y mariscos del Cantábrico.
El Lavaderu (Plaza Periodista Arturo Arias, 1. Gijón)
Más famosa por fuera que por dentro. Su popular terraza y la escalinata de la plaza donde se encuentra es un hervidero de gente cuando empieza a caer el sol. Está situada en el barrio de pescadores de Cimadevilla y es una de las más animadas y conocidas de la ciudad. Sin duda, es una de las sidrerías que hay que visitar si pasas por Gijón.
Sidrería Lena (Calle Cervantes, 2. Villaviciosa)
Nos desplazamos hasta Villaviciosa. La sidra empieza a aparecer en restaurantes con propuestas de cocina más actuales. Lena es, como ellos llaman, una sidrería gastronómica, donde la cocina de autor del conocido chef Jaime Uz puede degustarse junto a una amplísima carta de sidras asturianas. Tienen hasta 22 referencias en sidra de escanciar, además de brut, de mesa, de hielo y aguardientes de sidra.