Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorTodos cometemos fallos cuando cocinamos, y aunque algunos no tienen solución en otras ocasiones si podemos rectificar y, aunque el plato esté casi terminado salvarlo y disfrutar de él. Te contamos 5 remedios fáciles para estas ocasiones.
Sorprendentemente, no necesariamente tienes que empezar de nuevo solo porque cocinaste demasiado la pasta. En su lugar, retirala rápidamente del fuego, ponla en un colador y deja correr el agua fría del grifo sobre ella. A continuación, escurre con suavidad y saltéala en una sartén con aceite de oliva caliente un par de minutos, hasta que esté crujiente en la superficie. Si en cambio, te das cuenta de que está poco cocida, puedes hervirla nuevamente durante otro minuto o puedes echar la pasta en la salsa con la que planeabas servirla y cocinarla en una sartén a fuego lento.
Cuando se nos pasa el arroz no tiene remedio, pero puedes condimentar el plato con canela, vainilla, ralladura de limón o frutas para preparar un porridge, por ejemplo, o un postre dulce. Si no te gusta la textura puedes batir la mezcla y conseguir una crema de arroz a la que añadiremps alguna bebida vegetal como la avena para que sea más suave.
Cuando la comida tiene un sabor demasiado picante debido a la pimienta, puedes contrarrestarlo con productos lácteos como la crema de leche o la mantequilla. Los productos lácteos contienen caseína, un compuesto amante de las grasas que se une al aceite de capsaicina picante y lo elimina, según Discovery.com. También es efectivo añadir una pizca de azúcar.
Para contrarrestrar la sal, simplemente agrega más ingredientes de la receta. Si es sopa, agrega más líquido. Si es estofado, agrega más verduras o carne (si las pasa un poco por aceite primero funciona aún mejor). Si el problema es la falta de espesor añade también un poco de harina de trigo o maicena, diluida en agua.
Si al feir patatas, u otro ingrediente, te quedan blandas y empapadas de aceite, probablemente se deba a que el aceite no estaba lo suficientemente caliente. En cualquier caso, si tu comida no está crujiente como te gustaría, ponla en un plato con servilletas de papel para que éstas absorvan el exceso de aceite; y aaz los ajustes de la temperatura del aceite y la cantidad que necesitas y vuelve a freírlos otra vez.