Casa Bofarull, los caracoles con más historia de Barcelona

Los Caracoles (@LosCaracolesBCN) es el segundo restaurante más antiguo de Barcelona y en sus 180 años de historia han probado sus especialidades políticos, actores, cantantes e incluso príncipes. Desde que, en 1835, Agustí Bofarull y su esposa fundaran lo que en principio era una pequeña taberna, el establecimiento fue creciendo al mismo tiempo que su fama nacional e internacional. En la actualidad, es la quinta generación familiar la que sigue al frente de sus fogones.

En pleno corazón del Barrio Gótico barcelonés, a un paso de Las Ramblas, el restaurante es toda una institución en la ciudad, donde es posible seguir disfrutando de la cocina catalana con platos tradicionales renovados con acierto.

¿Qué tiene de especial Can Bofarull?

Entrar en este restaurante es saber que estás en un lugar que conserva un pedacito de historia. Resulta acogedor, con una decoración única y personal, donde no faltan murales de mosaicos, antiguos barriles o jamones que cuelgan del techo. Tiene distintos salones y, probablemente, lo que sigue llamando la atención es su enorme cocina de carbón a la vista, en la que se preparan algunas de las especialidades a las que deben su popularidad, como los canelones con bechamel trufada, la paella, el pollo asado (fue una de las primeras rotisseries de toda España) y, por supuesto, los caracoles en salsa que dan nombre a la casa y que no puedes dejar de probar.

Fotografías y dedicatorias adornan las paredes de un restaurante que ha recibido la visita de personalidades destacadas de los sectores más diversos. El dramaturgo Angel Guimerá fue uno de sus primeros clientes ilustres y, en casi dos siglos de existencia, han pasado por aquí desde Ava Gardner hasta el presidente norteamericano Jimmy Carter.

Charlton Heston, Joan Miró, el torero Luis Miguel Dominguín, Georgio Armani, Helena Rubinstein, Robert de Niro, Mark Knopfler, Lenny Kravitz o Salvador Dalí y Gala, son otros de los nombres. La lista es larga e incluye al rey Felipe VI cuando aún era príncipe.

El secreto de Los Caracoles puede que sea la combinación de ciertos factores, desde la materia prima de calidad óptima, hasta el esmerado servicio. La realidad es que este histórico restaurante sigue ofreciendo platos tradicionales que puede valorar cualquier paladar que sepa apreciar lo bueno.