Conoce la costa vizcaína de bocado en bocado en los siguientes restaurantes

Recorrer la costa de Vizcaya es conocer algunos de los pueblos marineros más bellos de nuestra geografía costera. Una tierra escarpada entre el verde de sus montes y el azul intenso del Mar Cantábrico, que sirven como el mejor escenario para dar cuenta del buen hacer de la gastronomía vasca. Hoy vamos a conocer un poco más estas localidades, pero lo haremos degustando algunos de los mejores platos de su cocina. 

Bermeo

Las casas de colores y el puerto viejo son las señas de identidad de este pueblo que recibe a la mayoría de los visitantes que se acercan a descubrir la Reserva de las Biosfera de Urdaibai, una auténtica maravilla de la naturaleza.

Aquí haremos parada y fonda en el restaurante Almiketxu, para probar la pesca del día junto a algunos de los platos más tradicionales de la zona, como las alubias o los huevos con morcilla. Un típico caserío vasco, del año 1850, que te da la bienvenida a este asador regentado por la familia Albonigamenor-Hormaetxea desde hace más de tres décadas. 

Lekeitio

Nuestro viaje para descubrir el paisaje de la costa vizcaína nos lleva a este otro pueblo emblemático de la zona. Estamos en Lekeitio, un entramado de viejas calles que miran al mar, donde podemos contemplar un patrimonio artístico abundante, especialmente representado por la Basílica de la Asunción de Santa María, hogar de uno de los retablos más grandes de todo el país. Un bello ejemplar de estilo gótico y bañado en oro.

Pero aquí hemos venido también a comer. Y lo mejor es hacerlo en el restaurante más antiguo de la localidad, Egaña, con sus casi 60 años de trayectoria demostrando su buena mano para la cocina tradicional del País Vasco. En la actualidad, es la tercera generación familiar la que se encarga de atenderte y recomendarte sus propuestas, como la sopa de pescado, el rape a la americana o las mollejas con setas salteadas.

Sopelana

Sopelana es una de las cunas del surf que hay repartidas por el norte de España. Y es que los amantes de las buenas olas encuentran en estas playas, rodeadas por impresionantes acantilados, el mejor destino para echar la tabla al mar. Y como hacer deporte siempre abre el apetito, qué mejor que acercarnos hasta el restaurante El Peñón de Sopelana, donde podremos disfrutar de una agradable comida desde su amplio salón con hermosas vistas. 

Todo ello mientras pruebas su lomo de lubina crujiente, las croquetas caseras, los rollitos de cordon bleu de ternera o la escalivada, para los que no renuncien a un buen plato de verdura.