Errores que echan a perder un arroz con leche

A pesar de su sencillez y de los pocos ingredientes que hacen falta para prepararlo, a veces cometemos errores a la hora de preparar el arroz con leche que arruinan el resultado final. Como todos los platos que se elaboran con arroz, dar el punto exacto es fundamental para lograr el mejor plato. Pero hay algunas claves más para lograr un buen resultado. Toma nota.

A la hora de elaborar cualquier plato, ya se aun postre o no, es importante la calidad de los ingredientes y el uso de la cantidad justa de cada uno de ellos para lograr un buen equilibrio entre sabores. En el caso del arroz con leche, debes ser preciso con la cantidad de arroz y de leche de la receta, para que el primero no quede duro o se pase.

Respecto al arroz, hay muchos tipos en el mercado, pero debes usar el arroz redondo típico. Otros arroces necesitaran una cantidad diferente de leche, por ejemplo. Si no te la quieres jugar, cuidado con el arroz que usas.

Cuidado con el azúcar

Seguramente el azúcar sea el ingrediente que más puede modificar el resultado final. En primer lugar, no te pases con la cantidad de azúcar porque el resultado puede ser demasiado empalagoso. Y recuerda añadirlo al final de la cocción, en el último momento. Si lo añades al principio, el color del arroz con leche puede ser más tostados y se cocerá distinto.

Dar el punto al arroz

Como todas las recetas elaboradas con arroz, dar el punto al arroz es fundamental. Hay que conseguir el equilibrio entre que el arroz esté hecho cuando la leche se ha consumido casi por completo, que no se trata de hacer una sopa. Ni tampoco que quede una pasta espesa que no se pueda comer. La clave es conseguir un resultado cremoso. Y, una de las cosas que debes hacer para lograr esa textura es no dejar de remover. De esta forma se van a ir integrando todos los sabores y evitarás que se pegue. Hazlo con cuidado para que no se rompa y mejor con una cuchara de madera.

Ojo con los saborizantes

Para dar un toque de sabor, solemos añadir algún saborizante como una cáscara de limón, ralladura de limón o canela. Cuidado con la cantidad que añades porque puede matar el resto de sabores. Una opción para es poner un cuenquito con canela en polvo o la ralladura de limón para que cada comensal se ponga en su ración más cantidad. Lo mismo sucede con otros saborizantes como unas gotas de anís o esencia de vainilla.

Recuerda que, si bien el arroz con leche se puede comer tanto frío como tibio, cuando se enfría, queda más cremoso. Tenlo en cuenta.