¿Cuál es la mejor tortilla de patatas de Madrid?

Como ocurre con las croquetas o la paella, la tortilla de patatas es uno de los platos más icónicos de nuestra gastronomía, pero también uno de los más maltratados en bares y restaurantes. Es una pena ver como un turista internacional se va con esa idea equivocada, si no ha tenido la suerte de recibir una buena recomendación antes.

Esta es una lista con las mejores tortillas de la capital, para turistas y para no turistas. Si vives en Madrid y todavía no las has probado, deberías apuntar estos nombres. Siete tortillas que tienen su fama merecida y su puesto ganado en todas las listas que las distinguen. 

No sabemos cuál es la mejor, porque cada una tiene sus peculiaridades; y para gustos, los colores. Con o sin cebolla, más o menos cuajada, con la cebolla caramelizada, con el huevo más o menos batido. Todo influye en el resultado final, pero te aseguramos que todas ellas merecen estar aquí.

La Primera (Calle Gran Vía, 1)

En el restaurante de Paco Quirós hacen una muy buen tortilla, jugosa, con el huevo y la patata bien ligados. También la sirven en su otro restaurante de la calle Velázquez, La Maruca. Y para los menos puristas, su versión con mayonesa y atún, al estilo de Santander, es una de las mejores formas de empezar el día.  

Casa Dani (Calle de Ayala, 28)

Es posiblemente la tortilla de Madrid que más seguidores tiene. Lola Cuerda y Dani García llevan más de 25 años detrás de este puesto del Mercado de la Paz. Desde su pequeña cocina y su estrecha y bulliciosa barra, pueden despachar hasta 200 tortillas diarias entre las que se sirven allí y las que preparan para llevar. Vecinos del barrio, madrileños y turistas (bien informados) se mezclan y esperan lo que haga falta hasta que llega su ansiado pincho. Punto perfecto de una mezcla de patata confitada y cebolla caramelizada por separado.

Sylkar (Calle de Espronceda, 17)

Otro de las grandes templos de la tortilla en Madrid. Sylkar es un pequeño bar de la parte alta del barrio de Chamberí. Después de muchos años ha conseguido desplazar a los madrileños hasta allí, en busca de su famosa tortilla. Utilizan patata monalisa muy pochada y huevo poco cuajado. Merece la pena quedarse a comer en la barra o en su pequeña sala, y probar muchos de los clásicos de su carta, como los callos, el rabo de toro o sus famosas torrijas.

Taberna Pedraza (Calle de Recoletos, 4)

Desde que llegó a Madrid, Taberna Pedraza ha tenido que cambiar de local hasta tres veces. Su ultima ubicación acaban de inaugurarla en el número 4 de la calle Recoletos. Suponemos que el éxito de su tortilla de Betanzos habrá tenido algo que ver. Como manda la tradición de esta zona gallega, solo utilizan patata, huevos de corral, aceite de oliva y sal. Todo de una materia prima excelente, como en el resto de los platos de su carta. No te vayas sin probar sus croquetas de jamón y sus mejillones tigre.

Ocafú (Calle de Jorge Juan, 29)

En Ocafú, como buenos gallegos, también se apuntan al estilo Betanzos. En Madrid ya son cinco las tabernas gallegas que han abierto, donde sirven esta tortilla sin cebolla y muy poco cuajada. También puedes probarla en La Penela, otro restaurante en la calle Velázquez que pertenece al mismo grupo y con el que comparte receta.

La Ardosa (Calle de Colón, 13)

Por si situación en el céntrico barrio de Malasaña, es posiblemente la más conocida. Esta taberna madrileña centenaria (desde 1892), es uno de los mejores sitios para descubrir el Madrid más castizo a visitantes que vienen de fuera. Su tortilla con cebolla y poco hecha es su plato estrella. Recomendamos tomarla con el buenísimo vermú de grifo que tienen y acompañarla con sus flores de alcachofa si están en temporada.

Juana La Loca (Plaza de Puerta de Moros, 4)

Lugar de peregrinación de turistas en la zona de La Latina, que vienen expresamente a probar la tortilla (y el resto de sus pinchos), después de haberlo leído en su guía de viajes preparatoria. Su pincho es el más goloso de todos. El punto de confitado hace que destaquen las notas dulces. Una tortilla cremosísima, con el huevo justo y que siempre sabe a poco.