El distrito de Chamberí está de moda, gastronómicamente hablando

Cada temporada, las grandes (y pequeñas) ciudades asisten al éxito de ciertos templos gastronómicos. Espacios para degustar modernas propuestas culinarias y que no solo se localizan en los centros neurálgicos de esas localidades. Es entonces cuando otros barrios o calles de esas mismas urbes empiezan a ponerse de moda como destino para ir a comer o cenar. 

En el caso de Madrid, nos daremos una vuelta para reservar mesa en algunos de estos restaurantes. Establecimientos que están haciendo que la zona de Chamberí sea toda una sorpresa en la capital. Un soplo de aire fresco para un espacio formado por los barrios de Gaztambide, Arapiles, Trafalgar, Almagro, Ríos Rosas y Vallehermoso. Vanguardia para unas calles que desde siempre han sido conocidas, por madrileños y visitantes, por ese aire burgués y tranquilo que se respira en sus edificios señoriales. 

Membibre

Empezamos nuestro suculento recorrido por un clásico de la toda la vida, medio siglo, pero que ha sabido renovarse con las nuevas riendas que han tomado. Ahora es Víctor, la segunda generación de la familia, el que se encarga de idear esos nuevos platos que ofrecen en la carta del restaurante Membibre (@rstmembibre). Una nueva temporada que recuerda a ese saber hacer de las cocinas francesas donde este chef se ha formado, pero sin olvidar esa esencia castellana con la que abrieron en el año 1968. 

Unas recetas de siempre, pero con un punto de vanguardia como es el caso de su lamprea en escabeche, sus 14 verduras naturales con chistorra, un pollo de corral en pepitoria, unos habones con rabo de buey o unos mejillones con espuma de albariño. Si quieres probar algunas de estas recetas ya estás tardando en acercarte al número 40 de la calle Guzmán el Bueno. 

Alpe

Nos vamos ahora a la calle Fernando el Santo 25, cerca del barrio de Salamanca, para conocer el restaurante Alpe donde poder disfrutar de una velada romántica y especial. Nada más poner un pie dentro de este establecimiento pensarás que estás en el mismo París en un bistrot, pero no te has movido de la zona de Chamberí y vas a comer en lo que antes fue una mantequería. 

¿Y qué te espera en este espacio? Varias propuestas con precios que oscilan entre los 39 y los 62 euros de sus menús de degustación y con platos que salen de la cabeza y las manos de Javier Villasevil. Y si no, mira: hummus con rocas de pimentón, arroz castizo (que se note la esencia de esta zona), carrilleras al curry alpino, salmón con espuma de piña o tallarines de sepia en salsa de cocido madrileño. Y si lo vuestro es hacer un viaje a cocinas de otros continentes, puedes aprovechar su menú de mediodía que cambia cada semana. ¿Su precio? Menos de 20 euros. 

Bacira

Si vamos por la calle de Santa Engracia no tardaremos mucho en llegar a Bacira (@Bacira_rest), un restaurante ubicado en la calle Del Castillo número 16. "El Mediterráneo y Asia se dan la mano". Es la carta de presentación de este espacio culinario que ofrece toda una serie de recetas para compartir entre todos los comensales en un ambiente de lo más distendido. 

Gabriel, Vicente y Carlos forman el trío artífice de los platos que puedes probar en este coqueto restaurante que se basa en una cocina de mercado marcada por el ritmo de las estaciones del año y los productos de temporada. Es el caso de la ensaladilla de ají amarillo, tobiko y carpaccio de gambas, unas sardinas ahumadas, las albóndigas guisadas de rabo de toro, el bacalao asado con salsa romesco o la sorpresa dulce de mango, yogur, almendra y lima. Pero si prefieres disfrutar de algunas de estas creaciones en la comodidad de tu casa también puedes hacer uso de su servicio para llevar a domicilio. 

Perrachica

Divertido nombre para este restaurante en la calle Eloy Gonzalez 10. Nuestra última parada. Estamos en Perrachica (@perrachicamad), en la "castiza más moderna de Madrid". Un espacio con decoración vintage frecuentado por los trabajadores más trendy de las grandes agencias de comunicación y publicidad que se concentran en esta zona de la capital. Todos ellos llenan a mediodía las mesas de este local que en su día acogía las instalaciones de un banco. 

Una clientela fiel que viene a Perrachica a disfrutar de algunas de sus propuestas más reconocibles. Es el caso de su caldo japonés con yema de huevo, gyozas crujientes y dados de mozzarella; su tortilla trufada con espuma de patata, unas habitas confitadas con chipirones, butifarra catalana y jugo de carne o su fideuá de rabo de toro con mayonesa de wasabi. Y si eres goloso, pídete su cookie de chocolate recién hecha con helado de vainilla y salsa de chocolate o su crumble de manzana con crema inglesa.