Ni es una quiche, ni es una pizza, y su origen está en las crepes. Se trata de la galette, una especialidad francesa, concretamente de Bretaña. Su origen está, en efecto, en los crepes que, elaborados con harina de trigo sarraceno comenzaron a llamarse galette. Hoy en día, esta tarta, que puede ser dulce o salada, se elabora con masa quebrada, más consistente.
Ingredientes
Para la masa quebrada
50 gramos de azúcar
150 gramos de harina
1 huevo
75 gramos de mantequilla
Una pizca de sal
Para el relleno:
500 gramos de albaricoques
1 limón
70 gramos de azúcar moreno
Mermelada de albaricoque o melocotón, 40 gramos
2 cucharadas de almendra granillo
1 huevo, solo la yema
Para decorar:
Grosellas u otro fruto rojo
Varias hojas de hierbabuena
Elaboración de la masa quebrada
Para hacer la masa quebrada, tamiza la harina y ponla sobre un bol. Tamizar no es más que pasar la harina por un colador de trama fina, tamiz o cedazo para que quede más suelta y aireada.
Da la forma de volcán a la harina dentro del bol y añade en el cráter el huevo batido, el azúcar, la mantequilla en pomada y la sal. En pomada significa blandita, no derretida, pero sí blandita, para poder trabajar con ella.
Mezcla sin amasar todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea.
Cuando esté todo bien mezclado, envuelve en plástico film y deja reposar durante 30 minutos o una hora en la nevera.
El relleno de fruta
Mientras tanto, lava los albaricoques y sécalos ligeramente con la ayuda de un papel de cocina o de un paño de cocina limpio. Pártelos por la mitad para retirar el hueso y córtalos en gajos. Si son pequeñitos, se pueden quedar en mitades.
Coloca los albaricoques en un bol y riega con el zumo del limón y con la ralladura de su piel. Es importante, a la hora de rallar la cáscara, de tener cuidado y tomar solo la parte amarilla, donde se concentra el aroma y sus ácidos esenciales, y no la parte blanca de la cáscara, que resulta amarga.
Añade también el azúcar y mezcla bien el conjunto. Deja macerar el tiempo que reste mientras la masa está en la nevera.
Montamos la galette
Estira la masa con la ayuda de un rodillo sobre una lámina de papel de horno. Le damos una forma más o menos redonda. No importa si no es regular, de hecho, ese es el encanto de una galette casera.
Extendemos la mermelada sobre la masa, dejando unos tres centímetros alrededor libres. Añadimos la almendra granillo por encima y después cubrimos con los albaricoques.
Doblamos los bordes de la masa hacia el interior y los pintamos con la yema del huevo.
Metemos en el horno, ya que ya estará caliente a 180°C y horneamos 35 minutos en total, los primeros 15 con calor solo abajo, y después ya, los siguiente 20 minutos, con calor arriba y abajo.
Una vez que la saques del horno, deja enfriar tu galette de albaricoques y, en el momento de servir, adorna con unas grosellas y alguna hoja de hierbabuena.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.