Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
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Lunes 3 de abril de 2023
ACTUALIZADO : Viernes 29 de marzo de 2024 a las 18:08 H
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Uno de los postres más tradicionales de la Semana Santa es la leche frita. Quizá pase desapercibida entre torrijas, pestiños y rosquillas, pero es un postre fácil de elaborar que harás las delicias de grandes y pequeños.
Tal vez alguien piense que es un postre más difícil de preparar que unas torrijas, pero lo cierto es que es sencillo. Se cree que su origen está en el norte de España, peoro el uso de ingredientes sencillos y habituales hizo que se extendiera rápidamente. Y no solo es típica de Semana Santa. Es uno de los postres clásicos en las cartas de bares y restaurantes.
Los ingredientes que necesitamos para preparar leche frita son 300 ml de leche, 25 gramos de maicena, 60 gramos de azúcar, cáscara de limón y una rama de canela para la leche, harina y huevo para rebozar y azúcar y canela molida para espolvorear y dar el toque final.
Comenzaremos infusionando 250 ml de la leche con el azúcar, la cáscara de limón y el canela en rama. Lo llevamos a ebullición para después apagar el fuego y lo dejamos reposar mientras disolvemos la maicena en los 50 ml de leche que hemos reservado. Volvemos a poner la cazuela al fuego y vamos añadiendo la leche con la maicena sin dejar de remover para que se integre bien. Es importante que este proceso no se haga rápido, debemos estar al menos 15 minutos, a fuego medio-bajo, para que no espese muy rápido.
Una vez lista la pasta, la pondremos en un recipiente rectangular y lo taparemos antes de meterlo en la nevera para que se enfríe muy bien. El uso de un molde rectangular es para que nos facilite cortarlo cuando esté fría del todo.
Una vez fría la masa, la cortamos en porciones cuadradas o rectangulares. El siguiente paso es rebozarlas y freírlas, así que primero las pasamos por harina, después por huevo batido y las freímos en abundante aceite bien caliente. Cuando estén doradas, las sacamos y escurrimos sobre papel de cocina. Después las pasamos por una mezcla de azúcar y canela molida. Y ya están listas para degustar.
La leche frita habitualmente se sirve rebozada en azúcar y canela, aunque hay quien la acompaña con nata montada o, si forma parte del postre de una comida especial, una bola de helado también es buena opción. En cuanto a cómo servirlas, se puede tomar caliente o fría. Y existen algunas variantes de la receta original, preparadas con leche condensada, con cacao o con coco, o quien las sirve acompañadas de sirope.