Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorSi disfrutas comiendo queso y con distintas elaboraciones si el queso forma parte de sus ingredientes, tenemos una receta que tienes que probar. Se trata de un plato sencillo de preparar, con muy pocos ingredientes y que puedes tener elaborado en poco tiempo. Eso sí, si estás a dieta, igual no es el plato ideal. ¡Toma nota! Esta es la receta del pollo al roquefort.
Nos ponemos manos a la obra reuniendo todos los ingredientes que vamos a necesitar: pechuga de pollo en filetes pequeños, un brick pequeño de nata líquida, un pedazo de queso roquefort, mantequilla, sal y pimienta negra molida.
Comenzaremos derritiendo una nuez de mantequilla en una sartén y friendo en ella los filetes de pollo. Mejor hacerlo en tandas y añadiendo mantequilla si es necesario. Una vez frito el pollo, en la misma sartén, añadimos el queso roquefort cortado el trozo y lo removemos para que se vaya deshaciendo.
Cuando lo tenemos casi derretido, añadimos el brick de nata, un poco de pimienta negra molida y dejamos que se haga todo unos minutos, hasta que el queso se haya derretido completamente en la nata. Después, añadiremos las piezas de pollo. Ojo, el pollo puede soltar agua o escurrir jugos, normalmente ese líquido no lo añadimos a la sartén. Lo dejaremos que se cocine todo durante 5 minutos a fuego muy suave y ya tenemos listo nuestro pollo al roquefort.
No hace falta que el pollo se haga demasiado en la sartén hasta quedar dorado porque la salsa lo va a cubrir completamente. Con que esté hecho por dentro, es suficiente.
Este plato lo puede elaborar el día antes o hacerlo por la mañana para tomar a la hora de cenar sin ningún problema.
A la hora de servirlo en la mesa, puedes ponerlo tal cual o elaborar unas tostas, poniendo un filete sobre una rebanada de pan tostado y poner un poco de salsa. Y, si piensas en un entrante diferente, puedes cortar el pollo en tiras antes de continuar con la receta y servirlo templado sobre unas hojas de endivia, por ejemplo.
Si quieres aligerar esta receta, puedes hacer el pollo a la plancha y prescindir de la mantequilla. Y en lugar de usar nada, puedes emplear leche evaporada.
Y, te avisamos, prepara un trozo de pan porque vas a mojar en la salsa hasta que se acabe.