Gastronomía

¿Sabías que el cabello de ángel procede de la calabaza? Cómo hacerlo paso a paso

Verónica Mollejo

Foto: Bigstockphoto

Miércoles 1 de enero de 2020

7 minutos

La especie calabaza confitera o cidra es la que se emplea para elaborar este exquisito dulce

Cabello de ángel
Verónica Mollejo

Foto: Bigstockphoto

Miércoles 1 de enero de 2020

7 minutos

La repostería tradicional de nuestro país es de lo más rica y variada. Incluye dulces tan populares como las torrijas, los buñuelos de viento, la crema catalana, el arroz con leche o los tiernos sobaos pasiegos. Todos ellos proceden de distintas regiones de España y siguen una elaboración muy concreta cuyos resultados son capaces de conquistar cualquier paladar. Sin embargo, hay un complemento que, apesar de no disfrutar del beneplácito de todos los consumidores, es uno de los más curiosos y peculiares en cuanto a su composición.

El cabello de ángel destaca por una textura fibrosa y caramelizada que actúa como relleno de un sinfín de elaboraciones: ensaimadas, hojaldres, ballonesas, bizcochos... Su versatilidad y exquisito sabor son un recurso muy frecuente que combina a la perfección con un café o un té a la hora de la sobremesa.

No obstante, aunque se trata de uno de los dulces más típicos de nuestra gastronomía, ¿conoces realmente su origen y método de producción? Puede resultar extraño, pero el cabello de ángel que tantos años llevamos degustando procede de una verdura: la calabaza confitada.

Calabaza confitada para hacer cabello de ángel

Una calabaza deliciosa y muy saludable

Perteneciente a la familia de las cucurbitáceas y pariente cercano de otros alimentos como los calabacines, el melón, el pepino y la sandía, la calabaza confitera o cidra es una de las variedades más atípicas que existen. Un producto que destaca por su versatilidad, ya que se pueden consumir tanto el fruto como las flores y las hojas tiernas.

Su cultivo se extiende por todo el planeta, especialmente en América, Europa y Asia, y resulta muy sencillo y asequible pues sus cuidados son mínimos. Por ejemplo, resiste muy bien las bajas temperaturas, es inmune a los virus que sí atacan a otros miembros de la familia y tiene una corteza tan dura que la pulpa permanece intacta a pesar de lo que ocurre en el exterior.

La temporada perfecta para adquirirla y probar suerte con el cabello de ángel casero son los primeros meses de otoño, aunque a veces se prolonga hasta el final del invierno. Eso sí, los expertos recomiendan mantenerla en la despensa varias semanas antes de su consumo, pues con el tiempo el sabor se vuelve más puro e intenso. Por lo tanto, debes guardarlo en un lugar sin mucha luz, fresco y ventilado. Sabrás que es la hora de hincarle el diente cuando le des unos golpecitos y oigas un sonido hueco.

En cuanto a sus propiedades nutricionales y al igual que el resto de calabazas que forman parte de esta gran familia, la calabaza confitera es en su mayor parte agua, más concretamente un 95% de su composición. Además, es rica en vitaminas y minerales como el potasio, las vitaminas del grupo B o la provitamina A. Sin olvidar la fibra y los betacarotenos con su acción antioxidante.

Es cierto que también posee una gran cantidad de azúcares, pero las calorías son ínfimas. Por eso, se recomienda tomarla con moderación para evitar problemas de salud como el sobrepeso o las enfermedades dentales y cardiovasculares.

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Cómo hacer cabello de ángel casero, paso a paso

Una vez conocido el origen de este bocado, llega la hora de elaborarlo en nuestra propia cocina. En España, la calabaza confitada suele utilizarse para dar sabor a los dulces más tradicionales, pero también puedes incluirla en tu alimentación siguiendo otras elaboraciones: salteada, asada, cruda e incluso frita. Además, sus hojas a veces se emplean como ingrediente en ensaladas o salteados. No obstante, hoy vamos a seguir una receta muy concreta, ideal para dar un toque más sofisticado a tu repostería. ¡Toma nota!

Ingredientes:

  • 1 calabaza confitera o cidra
  • 1/2 limón
  • Azúcar (500 gramos por cada kilo de pulpa de calabaza, ya cocida y escurrida)

Comenzamos cortando la calabaza en pedazos para después meterla en una cazuela grande con agua. Lleva mucho cuidado a la hora de traspasar la corteza, pues es muy gruesa y requiere mucha fuerza. Además, debes cubrir los trozos con agua por completo y llevarlos a ebullición. A continuación, cuécelos a fuego suave durante una hora, aproximadamente, o hasta que la carne esté blanca y perfectamente cocida.

Saca los pedazos y déjalos enfriar durante unos minutos para poder manejarlos. Ármate de paciencia para eliminar todas las semillas que queden pegadas a la calabaza y observa a conciencia, pues algunas son muy pequeñas y de un color similar a la pulpa. Cuando ya estén limpios, rasca los trozos con un cuchillo para desprender toda la pulpa y ve poniéndola en un colador grande, que deberá ir sobre un recipiente del mismo tamaño para recoger el líquido resultante. Deja que escurra por gravedad hasta que no salga más líquido.

Acto seguido, pésala para calcular la cantidad de azúcar que debes emplear en la receta. Normalmente suele ser entre la mitad y la totalidad del peso de la calabaza, aunque eso depende del gusto de cada comensal. Devuelve la pulpa a la cazuela, añade el azúcar y medio limón despepitado, y cuece a fuego bajo, con la tapa puesta, durante al menos 30 minutos. El objetivo es que se confite. Pasado ese tiempo, quita la tapa para que se seque el líquido.

Finalmente, deja que el cabello de ángel se enfríe antes de usarlo. Al igual que las mermeladas, puedes meterlo en tarros para conservarlo durante algunas semanas. ¡Qué aproveche!

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Verónica Mollejo

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