Lidia Lozano
Gastronomía
Este es el truco del chef Jordi Cruz para hacer un pollo asado perfecto
Lo primero es conocer bien tu horno
El pollo es una de las carnes más consumidas, desde los niños pequeños hasta las personas mayores. Además, es muy fácil y rápido de cocinar para que quede rico. Lograr un pollo al horno sabroso, crujiente por fuera y bien hecho por dentro, tiene sus trucos.
La conservación
Lo más recomendable, según el famoso cocinero Jordi Cruz, es que el animal pese entre 1,2 y 1,5 kg. Y, además, que haya sido criado al aire libre y alimentado con maíz. Así, tanto su crianza como el sabor serán mucho mejores.
Se debe conservar en la nevera, pero antes de cocinarlo se debe dejar a temperatura ambiente. Lo mejor es sacarlo dos o tres horas antes de meterlo al horno -cuidado si, hace mucho calor, no es necesario tanto tiempo-.
El horno
Pese a que cada horno es diferente, lo que no varía es el hecho de precalentarlo. Debe alcanzar los 200º y, según la regla, se debe cocinar durante 20 minutos por cada kilo. De esta manera, un pollo de 1,5 kg necesitaría aproximadamente una hora de horno.
Lo más aconsejable es mantener los 200º de temperatura durante la primera media hora y después bajarla a 180º. De todas formas, cada horno es un mundo, por lo que habrá que tener en cuenta la potencia, la antigüedad, el tamaño, el material, etc.
Jugoso por dentro y tostado por fuera
El objetivo es que quede jugoso por dentro y tostado y crujiente por fuera. El truco para conseguirlo es, cuando hemos bajado la temperatura, cubrir el pollo con papel de aluminio o albal, para evitar que se queme la piel. Cuando queden unos minutos -5 como mucho-, retirarlo para que se termine de tostar.
En definitiva, un pollo de 1,5 kg se debe cocinar durante media hora a 200º (en el horno precalentado); bajar a 180º y cubrir con papel de aluminio hasta los últimos minutos; entonces se retira para que se tueste. En este último tramo se puede mantener la temperatura o volver a subir a 200º, según el horno.