Fritas, rebozadas, rellenas, a la plancha, con pasta, en guisos… las berenjenas son riquísimas, resultan muy versátiles en la cocina y ahora están en su mejor momento. Además, a pesar de que actualmente es una verdura de lo más popular y vinculada a multitud de propiedades nutricionales, en el pasado era considerada tóxica y causa de locura. Afortunadamente, esta mala reputación cambió drásticamente y ahora forma parte de la lista de ingredientes que toda dieta debe incluir para asegurar un buen estado de salud.
Beneficios para la salud
Y es que la berenjena no solo contiene antioxidantes, minerales como el potasio, el calcio, el hierro y el azufre, y vitaminas C y del grupo B, también es uno de los vegetales más ricos en agua. Más concretamente, el 90% de su composición está formada por dicha sustancia, lo que la convierte en un alimento de suma utilidad si quieres bajar o mantener un peso saludable, pues además apenas tiene calorías.
Ahora bien, cocinar berenjena tiene un par de inconvenientes si no sabemos cómo tratarlas: en ocasiones pueden presentar un amargor que resulta desagradable, y se comportan como una esponja, de modo que, si las vamos a hacer fritas, pueden absorber mucha grasa. Pero que no cunda el pánico, ambos problemas son de fácil solución. Te contamos como quitar el sabor amargo de la berenjena, y tres recetas deliciosas para disfrutarlas.
Como quitar el amargor
Retirar el amargor que presentan todas las berenjenas también es sencillo. Es cierto que la berenjena, como también la alcachofa tiene un cierto regusto amargo muy rico… pero en ocasiones, sobre todo dependiendo de cuándo se ha recogido la berenjena a lo largo de su temporada, puede ser excesivo.
El mejor truco para evitar que amarguen en exceso es el siguiente, te lo explicamos paso a paso:
1. Parte las berenjenas en rodajas de un centímetro de grosor, aproximadamente
2. Échales sal por encima.
3. Deja reposar así las berenjenas durante media hora aproximadamente.
4. Pasado ese tiempo verás cómo las berenjenas han ‘sudado’. Límpialas con la ayuda de un paño de cocina limpio o de un papel absorbente, retirando tanto la sal como esa agua que las berenjenas han sudado.
Existe otra forma de retirar el amargor de la berenjena, también muy sencillo. Se trata de colocar en un bol la berenjena partida también en rodajas, ponerle sal y cubrirlas con leche o con una mezcla de leche y sal. Esta fórmula es perfecta si vas a cocinar o guisar la berenjena, pero no si quieres freírla y que quede crujiente, puesto que habrá absorbido mucho líquido.
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.