David Vargas
Gastronomía
Trucos para hacer un huevo poché perfecto
Los huevos escalfados son una alternativa saludable al huevo frito sin añadir grasas
Pareciera que la tarea de cocer un huevo fuese algo sencillo, sin mayores complicaciones. Sin embargo, todo va a depender del tipo de huevo que queramos comernos: pasado por agua, duro o cocido, a baja temperatura, escalfado… En todos estos casos, el tiempo va a ser el factor determinante. Hoy te vamos a explicar cómo preparar unos huevos escalfados —o huevos poché, que queda más moderno— para chuparse los dedos, y te vamos a contar cómo hacerlos paso a paso de tres formas distintas.
Método tradicional
Ponemos a calentar el agua en una olla. Al menos debemos poner un litro, para que así se mantenga la temperatura de cocción cuando echemos el huevo. Mientras se calienta el agua, cascamos el huevo en un vaso evitando que se nos rompa la yema. Cuando el agua esté a punto de hervir, la removemos con una cuchara hasta formar un remolino y dejamos caer con cuidado el huevo. El remolino impedirá que la clara se disperse.
Es importante que el huevo esté muy fresco; si no es así, deberemos echar un par de cucharadas de vinagre al agua. Dejamos cocer el huevo unos tres minutos, tras los cuales lo retiramos con una espumadera, salpimentamos al gusto y servimos de inmediato.
Huevos poché con papel film
Esta técnica es muy práctica, sobre todo cuando queremos hacer varios huevos a la vez. Además, nos aseguramos de que los huevos tendrán siempre una forma redonda. Lo primero que debemos hacer es cortar un trozo de papel film, ponerlo sobre un cuenco y pintarlo de aceite con un pincel. Después cascamos un huevo sobre el papel film y salpimentamos. Con cuidado, cerramos el film juntando las cuatro puntas y con la ayuda de una pinza de cocina.
Cogemos una olla y añadimos agua en abundancia. Cuando arranque a hervir, vamos colocando los huevos y los dejamos cocer tres minutos. Pasado este tiempo los sacamos, retiramos el film y los servimos. Si cocemos muchos huevos, os recomendamos un truco para que se nos pasen mientras retiramos el film: colocarlos en un bol con agua fría para que se corte la cocción.
En el microondas
Esta técnica es muy sencilla y resulta ideal si tenemos los fuegos ocupados. Echamos en un bol agua suficiente como para cubrir un huevo y, si este no es muy fresco, añadimos un par de cucharadas de vinagre. Metemos el bol con agua en el microondas y calentamos a máxima potencia un par de minutos, hasta el agua esté a punto de hervir (el tiempo exacto dependerá de cada microondas, así que la primera vez nos tocará estar atentos).
Mientras se calienta el agua, cascamos el huevo en un vaso. Cuando este el agua lista, sacamos el bol del microondas y echamos el huevo. Acto seguido, tapamos el bol con un plato y lo metemos otra vez en el microondas, donde lo dejamos durante un poco más de medio minuto a máxima potencia. Con la ayuda de una espumadera, sacamos el huevo del bol, salpimentamos y lo servimos de inmediato.