Trucos para mejorar tus recetas de cremas de invierno

En los fríos días de invierno es importante ingerir comidas calientes para conseguir un poco de calor en el cuerpo. España tiene una gran tradición de guisos y potajes contundentes que, siendo recomendable comerlos de vez en cuando, tal vez no apetezcan tan a menudo por su alto contenido calórico. Para estos casos, las cremas de invierno son propicias, consiguiendo calentar el cuerpo al tiempo que puedes jugar con multitud de alimentos en las recetas, muchos de ellos más ligeros que los utilizados en guisos y potajes tradicionales. Vemos algunos trucos para conseguir estas recetas.

Sopa de salmón fresco

Para aquellos que lo desconozcan, esta cálida sopa puede ser servida junto con galletas o pan crujiente y es lo suficientemente sofisticada como para servirla de primer plato en tus cenas este invierno. Se puede usar salmón fresco, pero también da un gran resultado con salmón enlatado. El pescado se combina con caldo de pollo, patatas abundantes, zanahorias dulces, crema ligera y queso cheddar para una sopa espesa y cremosa llena de sabor.

Sopa de patata y jamón con queso

Con abundante queso es suficiente para hacer una deliciosa comida con galletas o pan de maíz . El jamón cocido, las patatas, el queso cheddar se cocinan a fuego lento en una sopa cremosa, se llena y se prepara para comer en menos de una hora. Puedes duplicar esta receta fácilmente para adaptarla a un evento con más comensales.

Sopa amarga caliente

Esta versión se trata de una sopa vegetariana llena de champiñones ricos en potasio, tomates y tofu rico en proteínas, además de los sabores tailandeses de jengibre, la salsa de soja, lima y limoncillo. Esta sopa de primer plato es nutritiva y es una absoluta delicia para los sentidos en un frío día invernal. También está deliciosa servida sobre fideos cocidos calientes.

Sopa de tomate y judías al horno

A esta receta puedes darle un toque vegetariano estilo gourmet en una receta clásica italiana de sopa de judías blancas. Utiliza garbanzos y pasta en un caldo deliciosamente sazonado y añade hierbas italianas frescas, que se combinan con hojuelas de pimiento rojo, ajo, tomates y queso parmesano. Alto en fibra y proteínas, y bajo en grasa, no se puede pedir más para disfrutar de una sopa contundente sin sentirte mal por las calorías.