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La historia de los tradicionales juegos de mesa

Marta Vicente

Lunes 14 de junio de 2021

8 minutos

El parchís, el ajedrez y el Monopoly son juegos muy diferentes, pero tienen algo en común

La historia de los tradicionales juegos de mesa
Marta Vicente

Lunes 14 de junio de 2021

8 minutos

Los juegos de mesa son el mejor invento para disfrutar de una reunión con amigos y familiares. Nos han acompañado toda la vida y no existe una edad que acabe con la diversión, lo que les convierte en artículos imprescindibles de cada familia española. El origen de algunos se remonta a más de mil años, mientras que otros partían de una idea inicial que no tiene nada que ver con la actual. Estos ejemplos son juegos de mesa tradicionales muy diferentes, pero tienen algo en común: una historia sorprendente y un gran número de aficionados.

Parchís: un juego a tamaño real

El juego familiar por excelencia. Suele competir con la Oca –cuando aparece en el reverso del tablero–, para ser el pasatiempo elegido. Es tan sencillo como adictivo y uno de los preferidos para divertirnos. La historia indica que, hace siglos, los jugadores ya se peleaban por ‘comer’ las fichas de sus contrincantes. 

El origen del parchís es incierto pero, como señalan en Historia de National Geographic, sí existen indicios que lo sitúan entre los mayas del siglo VII, ya que en el 'Códice Magliabechiano', el dios del amor, los juegos y la belleza –Macuilxochitl–, ve a cuatro personas jugando al patolli, juego con reglas muy similares al parchís y de los más antiguos de América prehispánica. El parchís, como lo conocemos hoy en día, nació en la India en el siglo XVI, llamado ‘pachisi’ que significa ‘25’ en indostaní, representando la cifra máxima que se podía obtener en los dados que, por aquel entonces, usaban los indios: conchas de un molusco llamado caurí. 

Parchís: un juego a tamaño real (bigstock)

La historia cuenta que Akbar el Grande, emperador mongol de la India desde 1556 hasta 1605, era un gran aficionado al parchís. Por ello, mandó construir en su palacio un juego muy similar a tamaño real. El tablero estaba en su palacio –un suelo de mármol en forma de cruz–, mientras que las fichas eran las jóvenes de su harén, que se dividían en grupos de cuatro y se diferenciaban por el color de su vestimenta. Las mujeres tenían que llegar al centro, donde esperaba sentado el emperador, y este daba la orden de tirar la concha de caurí para escoger la joven o equipo que se movía. El juego se popularizó por toda la India.

Existen muchas teorías sobre el verdadero origen del parchís, algunos historiadores lo sitúan en China durante la época de la dinastía Song (960-1279) y otros que surgió en la India y se extendió por China durante la dinastía Wei (220-265). Tampoco se conoce si antes de la época victoriana, los musulmanes lo trajeron a Occidente, pero lo que sí se sabe seguro es que los ingleses extendieron el juego por Europa en el siglo XVIII, durante la colonización de la India. La reina Victoria se proclamó como una auténtica aficionada. En 1938, Transogram fue la compañía que lanzó al mercado la versión original del juego llamándola Pa-chiz-Si: The Game of India.

Ajedrez: el juego de los reyes

Considerado por algunos como un deporte y por otros como un apasionante juego de estrategia, el origen del Ajedrez no está confirmado, aunque se cree que pudo surgir en Asia, probablemente, en la India en el siglo III antes de Cristo con el nombre ‘chaturanga’. El antiguo nombre significa “cuatro divisiones” que hacen referencia al ejército indio: los peones, caballos, alfiles y torres de la versión actual.

Existen muchos juegos similares al Ajedrez, pero para pertenecer a esta ‘familia’ se necesitan dos requisitos esenciales: el primero es no incluir ninguna pieza de azar como, por ejemplo, los dados; y, el segundo, que la victoria solo tiene que depender de la captura del rey. A mediados de la Edad Media, el ajedrez ya se había extendido por todo el mundo. Los persas adoptaron el juego que ganó popularidad en la corte del Imperio Sasánida. Estos fueron los que incluyeron la expresión ‘shah mat’ –el rey está acabado–, lo que conocemos como ‘jaque mate’.

Ajedrez: el juego de los reyes (bigstock)

Era el juego de los reyes, grandes monarcas como Iván el Terrible, Isabel I, Alfonso el Sabio, Luis XIII o Pedro el Grande eran auténticos aficionados. A finales del siglo XV, en Europa las piezas pasaron a ser las conocidas actualmente, adaptadas a las cortes europeas de la época.

Actualmente, se considera al ajedrez como una auténtica gimnasia mental, que no está reservada para personas súper inteligentes. Son muchos los estudios que apuntan a que este juego podría contribuir de manera notable a frenar el deterioro cognitivo resultando eficaz a la hora de prevenir enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.

El 'antisistema' Monopoly

Es el juego de mesa más vendido de la historia. Seguro que recuerdas la sensación de tener entre tus  manos esos billetes que en cualquier momento te pueden arrebatar, haciendo que caigas en la ruina. Puede que estemos hablando de un juego tremendamente capitalista, en el que el dinero es el centro de todo, pero lo que su creadora pretendía representar era justo lo contrario.

Elizabeth Magie era una inventora, poeta y activista de izquierdas que creó en 1902 un juego llamado ‘El Juego del Terrateniente’. Su objetivo era promover las ideas propuestas por el economista Henry George, principal exponente de la teoría del geoísmo, que defiende la distribución equitativa de la riqueza proveniente de la naturaleza y proponía un sistema de impuesto único para gravar las rentas de la tierra y destinar esos ingresos a los ciudadanos. El juego tenía dos reglamentos: el llamado ‘Prosperidad’, en el que cada vez que un jugador compraba una propiedad, todos ganaban algo, por lo que nadie perdía y el juego acababa cuando el que menos dinero tenía duplicaba su riqueza; y el ‘Monopolista’ que es el reglamento actual donde el único ganador es el que consigue llevar a la ruina a los demás. 

Monopoly, el juego 'antisistema' (bigstock)

Nació para concienciar a la gente sobre los supuestos peligros del capitalismo en un momento en el que las desigualdades sociales estaban muy acentuadas, así como para que la gente apreciara mediante la comparación de ambas políticas los beneficios del geoísmo en ‘Prosperidad’. Como ya imaginan, prevaleció la versión “capitalista” que a día de hoy rige el juego. Si Magie hubiera sabido que los valores que realmente fomenta el juego son justo contrarios a los que ella quería luchar, seguro que se lo hubiera pensado dos veces antes de inventarlo. 

Magie lo patentó en 1905 y no vendió su invento hasta 1936. Lo hizo por 500 euros a la empresa de juegos Parker Brothers. Sin embargo, en 1935, el ingeniero Charles Darrow patentó una versión modificada de Magie añadiendo la palabra Monopoly y que incluía únicamente el reglamento ‘Monopolista’ . La mala suerte fue para su verdadera creadora, cuyo contrato no incluía los pagos por derecho de autor, por lo que, a diferencia de Darrow, Magie no se hizo millonaria. Como curiosidad, la partida más larga de la historia del Monopoly duró 70 días seguidos.

Sobre el autor:

Marta Vicente

Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.

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