Carlos Blanco Cocho
Ocio
Un hotel por todo lo alto: convierten un Boeing 747 en un lujoso alojamiento
La enorme aeronave ha encontrado una segunda vida
Reciclar es un tema serio. Y, en Suecia, se lo han tomado tan a pecho que han acabado reutilizando un avión entero. En concreto, lo han convertido en un hotel bastante atípico, situado a la vera del aeropuerto de Estocolmo. Por poco más de 100 euros a la noche es posible pasar unas buenas vacaciones durmiendo en la zona de bussiness, desayunando en la bodega o, simplemente, relajándose sobre las alas.
El hotel se llama Jumbo Stay y ha sido habilitado sobre un Boeing 747-200 que ha sido colocado al lado del aeropuerto de Arlanda, en la capital sueca. Su principal ventaja es precisamente esta cercanía, ya que ofrece toda una gama de servicios relacionados con el transporte o la acogida de viajeros que tienen el vuelo a primera hora de la mañana. Desde luego, pasar una noche en este armazón sirve para acostumbrarse a las incesantes horas en las cabinas.
La suite de la cabina
A diferencia de las aeronaves que permanecen en funcionamiento, en este avión sí que se puede entrar en la cabina de pilotaje. Eso sí, previo pago de la correspondiente tasa, que es algo más cuantiosa, ya que se trata de la suite, de la habitación más exclusiva. No sabemos si el último comandante que pilotó el avión dejó el freno de mano bien echado, pero recomendamos cuidado a los que suelen dar patadas mientras duermen, a ver si de un puntapié va a tocar algún botón que no debe.
Y las habitaciones especiales no se quedan ahí. Hay un habitáculo también en la zona de la caja negra –ese dispositivo que monitorea en todo momento las coordenadas del avión– e, incluso, dentro de las góndolas del motor. En pocas palabras, sacan la turbina para introducir todo el mobiliario y que sea posible pasar el rato en ella.
El avión, que dejó de funcionar hacia principios de siglo, cuenta ahora mismo con 33 habitaciones, contando con las mencionadas. La más típica del alojamiento dispone de dos camas y un baño compartido que, afortunadamente, supera en tamaño con el que solemos toparnos en los aviones. Incluso se puede visitar el hotel a distancia, gracias a la tecnología de Google Maps.
Hotel... y museo
Además de a la hostelería, el avión también se dedica a la exposición. En su interior se halla un museo de reducidas dimensiones, en el que se cuenta todo lo relativo al surgimiento y a la confección de esta loca idea. Si pasamos al área de primera clase, veremos una amplia cafetería donde se puede disfrutar de cócteles y bebidas de altos vuelos.
Todo espacio ha sido aprovechado. Incluso la superficie exterior. Encima del cuerpo, se ha habilitado una zona de conferencias, como en cualquier otro hotel de lujo. Mientras tanto, sobre las alas, hay merenderos para disfrutar al aire libre y de los demás aviones del aeropuerto.